Salud

Laura Morer: «Muchos de los enfermos de Parkinson tan siquiera tiemblan»

Despliegan una campaña para sensibilizar e informar sobre esta patología neurodegenerativa

Uno de cada cuatro afectados empieza a tener síntomas antes de los 40 años
Uno de cada cuatro afectados empieza a tener síntomas antes de los 40 añoslarazon

Es la segunda enfermedad neurodegenerativa con mayor incidencia a nivel mundial tras el Alzheimer y se estima que en Cataluña afecta a unas 18.000 personas –unas 200.000 a nivel estatal–, sin embargo, existe mucho desconocimiento en torno al Parkinson, una enfermedad que no mata pero que es crónica y degenerativa. Por ello, con motivo del Día Mundial del Parkinson, que se celebró esta semana, numerosas entidades salieron a la calle para sensibilizar e informar sobre la enfermedad y las necesidades de quienes la padecen.

Tal y como señala Laura Morer, presidenta de la Asociación Catalana para el Parkinson (ARA), «la gente se cree que es una enfermedad de gente mayor y, aunque es cierto que le media de edad de diagnóstico son los 60 años, uno de cada cinco afectados empieza a tener síntomas antes de los 40 años» y esos síntomas no son únicamente temblores o movimientos espasmódicos incontrolados, contrariamente a la creencia popular.

«Mucha gente ni siquiera tiembla», señala Morer, quien explica que entre los síntomas más frecuentes y desconocidos destaca «la pérdida de equilibrio, la rigidez muscular y síntomas no motores como depresión, trastornos del sueño, pérdida del olfato, deterioro cognitivo o apatía». Todo ello es importante tenerlo en cuenta y que esta información llegue a la población, puesto que el diagnóstico precoz es clave y, sin embargo, por ahora no existe una prueba biológica de laboratorio que permita hacer un diagnóstico clara. «El diagnóstico se realiza a partir de los síntomas y en función de si el paciente responde o no a la medicación», destaca la presidenta de ARA.

Y es que si bien el Parkinson es una enfermedad incurable de origen desconocido, es posible paliar sus molestias mediante recursos médicos y terapias rehabilitadoras. «Por un lado está la medicación oral, que puede estar destinada a frenar la pérdida de neuronas o bien a generar y sustituir las que se pierden. Además, también existe la posibilidad de intervenir quirúrgicamente al paciente para ayudarle a controlar los estímulos que envía el cerebro mediante unos implantes en la cabeza, lo cual hace que los síntomas remitan», explica Morer, quien también destaca el papel que juegan las terapias reahabilitadoras en el control de la enfermedad.

«La fisioterapia, la logopedia y la psicología son esenciales porque dan estrategias al paciente para suavizar los síntomas y hacen que el día a día sea más llevadero», asegura para a continuación lamentar que «estas terapias las ofrecen a día de hoy las asociaciones», ya que no están consideradas como esenciales en el tratamiento de la enfermedad, por ello ARA reivindica «la necesidad del acompañamiento multidisciplinar». Todos estos recursos se muestran eficaces a la hora de minimizar el Parkinson.