Bibliotecas y Museos

Los artistas del Empordà

Ventalló acoge la Fundación Perramon, dedicada a la creación contemporánea

Una de las salas de la Fundación Perramon que acoge cerca de 140 obras
Una de las salas de la Fundación Perramon que acoge cerca de 140 obraslarazon

BARCELONA- La oferta cultural de las comarcas gerundenses en los meses de verano no se limita a los grandes festivales de música. En los últimos años, bajo el gran imán que significa el Teatro Museo Dalí, han proliferado numerosas galerías, centros de arte y museos que ponen el acento en la creatividad de los artistas de la zona. La última institución en añadirse a la lista es la Fundación Perramon, que acaba de inaugurar su sede en la pequeña localidad de Ventalló. Su objetivo, dejar constancia de la fuerza creativa de una tierra, el Empordà, que ha dado a la historia del arte buenos nombres.

El galerista Carlos de Aguilera y el coleccionista Francisco Daurella, promotor de la Fundación Fran Daurel de Barcelona, son los responsables de este nuevo espacio, que en un emplazamiento idílico acoge 138 obras de 28 creadores. Los aficionados al arte pueden visitar de forma gratuita un espacio que reúne obras de Modert Cuixart, Josep Guinovart, , Enric Pladevall o Alfonso Alzamora y que representan lo mejor de la creación catalana contemporánea, de los 60 a la actualidad, además de otros artistas.

Bajo la dirección de Eduard Duran, la fundación quiere poner el foco en los artistas que, de una manera u otra, han estado vinculados con el Alt y Baix Empordà. «La fundación es un homenaje a la trayectoria de Carlos de Aguilera. Ofrece a los visitantes la posibilidad de sumergirse en la historia del arte contemporáneo en una única visita», comenta el propio Duran.

Últimas tendencias

La colección está representada por pintura y escultura contemporánea, recogiendo las últimas tendencias tanto del arte figurativo como abstracto de los últimos 50 años. En el recorrido, el visitante puede dejarse seducir por obras de extraño magnetismo y misterio como «Els ceps i la nit», de Guinovart o una maravilla a medio camino del collage de 1974 de Jorge Castillo, «Pipistrelli e Limonada». También destaca «Dau al set», un Modest Cuixart de 1946 que reimagina el universo mironiano con una versión más terrosa.

Los jardines de la fundación, los antiguos huertos de una masía de la familia De Aguilera llamada Casa Perramon, de allí el nombre del centro, también esconden singulares esculturas de Enric Pladevall. Además, se pueden admirar obras de artistas como Xavier Medina Campeny, Xavier Medina, Josep Niebla o José Luis Pascual. Mención especial merece la obra de 1987 de Josep Maria Riera Aragó, «ST», pieza abstracta de colores blancos y marrones y amarillos arcillosos que reflejan los colores de la tarde empordanesa.

La colección está formada por las obras que De Aguilera fue adquiriendo a lo largo de su trayectoria como uno de los principales impulsores del arte contemporáneo catalán desde su Galería 13, parada obligada durante las últimas décadas para saber quién es quién en la creación contemporánea autóctona. A estas piezas se añaden obras del fondo de la colección de Daurella.

Otro de los espacios destacados de la nueva fundación es la sala dedicada a Miguel Rasero, con 33 obras del artista cordobés, renovador del género del bodegón y cuyos «collages» se han expuesto en medio mundo. En definitiva, un rincón apartado del mundanal ruido para dejarse perder por lo mejor de la creación contemporánea y viajar a través del arte a un mundo abrumador.

Imán para los grandes creadores

Las obras de la Fundación Perramon no se limitan a ser parte de los fondos del galerista De Aguilera y el coleccionista Francisco Daurella. La ambición del nuevo espacio es tal que ha conseguido que grandes artistas depositen su confianza en él para exhibir sus obras, la mayoría inéditas. Por ejemplo, los herederos de Josep Guinovart y el propio Josep Maria Subirachs han cedido en depósito, por espacio de cinco años, sus piezas. El primero cuenta con seis obras en la nave central del museo y trazan una pequeña antología de los elementos centrales de su obra, sobre todo sus colores fetiche, De Subirachs se muestran trece obras, principalmente de sus primeros años, más experimentales, muy distintas a sus esculturas para la Sagrada Familia.