Barcelona
Los farmacéuticos llevan al Govern ante los tribunales por los impagos
Descartan un cierre patronal porque «el anterior no sirvió de nada»
«No puede ser que dispensemos cada día recetas que sabemos que no vamos a cobrar. ¿Dónde se es visto que se legisle y que la primera en incumplir las leyes sea la Administración?». Por ello, como explicó ayer el presidente del Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Cataluña, Jordi de Dalmases, y porque la situación de las boticas es insostenible, el sector votó denunciar por vía judicial a la Generalitat por los intereses de demora en los pagos (aunque primero reclamarán por vía administrativa), recoger firmas para elevar la cuestión al Parlament y manifestarse.
Estas son las tres medidas de protesta que lograron más de dos tercios de los votos emitidos por los farmacéuticos catalanes y en las que ya están trabajando para sacarlas adelante. Los colegios oficiales convocaron, el pasado martes, a los 3.100 titulares de farmacia catalanes a pronunciarse sobre cinco iniciativas debatidas en asamblea la semana anterior como forma de presión y muestra de hartazgo frente a los impagos acumulados por el Govern que ascienden a 302,7 millones de euros. La participación fue masiva, votaron 2.649 profesionales, el 75 por ciento del total.
Entre las propuesta, se contempló un nuevo cierre patronal, pero teniendo en cuento que «el anterior no sirvió de nada», según Dalmases y a tenor de los acontecimientos, los profesionales consideraron que esta opción «no es útil», hoy por hoy. Y en cuanto a otras acciones como desconectar el sistema informático o negarse a dispensar medicamentos, el máximo representante de los farmacéuticos fue claro. «Quizás haya quien lo haga, pero me gustaría conocer al que le diga a la señora Pepita o al señor José que no le va a dar el fármaco», dijo, y añadió «a no ser que no lo tenga». Y es que «habrá dificultades para encontrar medicamentos; ya hay boticas a las que distribuidores ya no las abastecen pero está cantado que esto acabará mal». De momento, más de un centenar de establecimientos tienen problemas para recibir todos los fármacos que solicitan para sus clientes y otros 14 han tenido que cerrar.
«No se trata de amenazar a nadie, son las cosas que están pasando», aseguró Dalmases. «La posibles soluciones están habladas pero ya no nos creemos nada», añadió. Pero no por ello los farmacéuticos dejarán de buscar apoyos sociales y políticos a todos los niveles, incluso a nivel europeo, en una lucha que suma ya dos años.
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