Barcelona

Los grandes olvidados de la política ferroviaria catalana

El tramo central de la nueva línea languidece sin calendario ni presupuesto

Pese a tener buena parte de las estaciones acabanadas e incluso del túnel, la situación económica de la Generalitat tiene paralizado el tramo central
Pese a tener buena parte de las estaciones acabanadas e incluso del túnel, la situación económica de la Generalitat tiene paralizado el tramo centrallarazon

El tramo central de la nueva línea languidece sin calendario ni presupuesto

La inauguración del nuevo tramos de la línea 9 viene acompañada con las habituales loas de los administradores hacia la administración. Nada nuevo bajo el sol. Pero a nadie se le escapa que la L9 simboliza, incluso hoy en día, uno de los mayores fiascos de la Generalitat. Tras gastarse miles de millones de euros, el tramo central de la línea, que cruza Barcelona, languidece sin remedio y, lo que es peor, sin fecha de obras.

El proyecto de la L 9 del metro de Barcelona apareció por primera vez en 1997 en el Plan de Infraestructuras del Área Metropolitana y se aprobó en mayo de 2001, después de decidir el trazado. Las obras comenzaron un año después en Badalona, con una primera paletada a cargo del entonces consejero, Artur Mas. Los objetivos fueron sumamente ambiciosos y se planteó la creación de las línea más larga soterrada de Europa con 50 kilómetros para dar servicio a 5 municipios: Santa Coloma, Badalona, Barcelona, Hospitalet y el Prat, muchos de ellos hasta entonces con escaso transporte público. Fue el gran proyecto del último gobierno de Jordi Pujol, debía costar más de 2.400 millones de euros, y se tenía que terminar en 5 años.

Posteriormente llegó el tripartito y los costes de la línea se dispararon hasta los 18.000 millones. La crisis y la paupérrima situación financiera de la Generalitat, que todavía persiste, dejó aparcada la obra y sólo se salvaron partidas presupuestarias puntuales para poner en marcha los extremos de la línea. Así, la L9 llenó de inmensos agujeros, como Lesseps, Sanllehy o Mandri, que los vecinos se las han visto y deseado para taparlos y urbanizarlos temporalmente a la espera que se retomen las horas.

De este moda. Desde Lesseps hasta la Sagrera, la obra está ejecutada en buena medida, salvo alguna estación, con túneles incluidos. No obstante, desde Zona Universitaria hasta Lesseps es poco menos que un páramo de difícil solución. Son los grandes olvidados de la política de infraestructuras de la Generalitat. De hecho, para poder poner en marcha otro de los ramales de la L9, el que recorre la Zona Franca, la Generalitat está intentando camelar al Ayuntamiento para que pague parte de la obra y ponerlo en marcha el año que viene. El tiempo dirá.