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Maestra de periodistas

Edicions 62 recupera el ensayo «Els catalans als camps nazis»

El libro que se acaba de reeditar es la obra cumbre de Montserrat Roig
El libro que se acaba de reeditar es la obra cumbre de Montserrat Roiglarazon

A finales de los años 60 y principios de los 70, Estados Unidos demostraron al mundo que eran la cuna del nuevo periodismo, sí, eso que han llamado la banda que escribía torcido.

A finales de los años 60 y principios de los 70, Estados Unidos demostraron al mundo que eran la cuna del nuevo periodismo, sí, eso que han llamado la banda que escribía torcido. Pero si allí tenían a Talese o Wolfe, aquí no éramos menos como lo demuestra una obra que acaba de recuperar Edicions 62 en el 40 aniversario de su primera llegada a las librerías. Se trata de «Els catalans als camps nazis», la obra maestra de Montserrat Roig, un libro que constituye todavía hoy en día un testimonio de primer nivel para entender una de las tragedias más importantes del siglo XX.

Montserrat Roig fue una escritora, pero también una periodista de grandioso talento que supo tocar todos los géneros, desde el reportaje a la entrevista pasando por la columna de opinión. «Els catalans en els camps nazis» es la mejor muestra de lo que fue su mirada incisiva, de su interés por recuperar la memoria histórica de un país que empezaba a salir de los años oscuros de la dictadura, la misma que había girado la espalda a las víctimas del terror del nazismo.

A la autora de «El temps de les cireres» le fascinaba la historia de los republicanos que fueron encerrados en los campos de concentración nazi, apátridas y olvidados por el régimen franquista. Era aquella una historia que merecía ser escrita antes de que desaparecieran los testimonios que podían reconstruir el drama.

En una carta

La historiadora Rosa Toran es la responsable de la introducción de la nueva edición, un texto que sirve para conocer mejor la cocina del libro y las dificultades que encontró su autora para poder materializar su investigación. En este sentido, Toran nos rescata una carta de octubre de 1973 en la que Roig, mientras trabajaba como lectora de castellano y catalán del Departament of Spanish and Portuguese de la Universidad de Bristol, comenta a su amigo Josep Maria Benet i Jornet. En ella le dice que «m’he portat força feina: periodisme que m’ha quedat pendent, la novel·la i un priojecte que em va oferir Josep Benet. No sé si te’n vaiog parlar. Es tracta d’un llibre sobre els deportats catalans. Pot ser interessant. Per això ara he passat per París: per a fer diverses entrevistes. Són gent estranya, que els ha quedat fixada tota aquella època i jo, a mida que hi treballo, em deprimeixo cada vegada més».

En la misma nota, Roig da algunos detalles de lo que quería que fuera su libro: «He estat una setmana a París per aquell llibre-reportatge que faig sobre els exdeportats catalans... Més que un llibre periodístic caldria fer un estudi psicològic... Fins ara la tradició sols ens parlava del que patiren els jueus amb els nazis, o canta les glòries de la resistència francesa, per exemple. Però sabíem molt poc de tots aquests catalans».

Montserrat Roig viajó a Francia para entrevistarse con los catalanes olvidados que vivieron en primera persona esa barbarie. Igualmente en su domicilio barcelonés la autora pudo conversar con testigos clave como Neus Català. «Els catalans als camps nazis» sirvió para dar voz a aquellos que no habían tenido la oportunidad de contar su historia, además de recuperar la memoria de aquellos que perecieron en el campo de concentración. Todo ello lo logró hacer Montserrat Roig con mano maestra, quien hasta trató de ponerse en contacto con uno de los responsables de aquella tragedia: Ramón Serrano Suñer, cuñado de Franco y hombre fuerte del régimen en los primeros años de la dictadura. Serrano Suñer no quiso contarle lo que sabía, rehuyendo una más que evidente responsabilidad.

Pese al primer apoyo de Benet, finalmente el libro llegó a manos de Josep Maria Castellet, el editor de Edicions 62 donde finalmente fue entregado el manuscrito en octubre de 1962.

La nueva edición nos sirve para poder volver a un clásico del periodismo catalán.