Más de 12.000 corredores toman las calles del centro de Barcelona

La Cursa dels Bombers contó con una participación multitudinaria y obligó a desviar 35 líneas de bus y a cortar varias vías.

Barcelona acogió ayer la tradicional Cursa del Bombers, que en esta edición recuperó su recorrido en bucle de 10 kilómetros de distancia con salida y llegada en Marqués de Argentera. Los protagonistas de la prueba –que se adjudicaron el olímpico Ilias Fifa en categoría masculina (con un tiempo de 28’ 55”) y Marta Galimany en categoría femenina (con un crono de 34’38”)–, fueron de nuevo los más de un centenar de bomberos del Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat y de Andorra, que completaron la prueba ataviados con el uniforme de intervención, que consiste en un equipo que puede alcanzar los 24 kilos de peso.

En esta edición, la prueba contó con la participación de 12.625 corredores, una cifra menor a la de anteriores ediciones, pero es que en esta ocasión el período de inscripciones se abrió con retraso. En cualquier caso, lo que ha puesto de evidencia, una vez más, esta prueba es que la fiebre del «running» persiste en Barcelona, lo cual, a priori, es positivo porque denota una inquietud de los barcelones por la práctica del deporte y la actividad al aire libre, pero lo cierto es que ésta puede resultar también un inconveniente para la ciudad. Y es que una carrera popular urbana acarrea una serie de molestias y perjuicios a vecinos, comerciantes y restauradores difícilmente justificable cuando ello se repite un domingo sí y otro también.

Sólo en 2016, las calles de la Ciudad Condal habrán sido escenario de más de 50 pruebas atléticas de estas características, lo que supone cortes en la circulación y problemas de movilidad, tanto para vehículos como para peatones, así como alteraciones en el servicio público. De hecho, con motivo de la Cursa del Bombers, desde el pasado sábado y hasta ayer a las 15.00 horas hubo restricciones para aparcar en varias vías del circuito, así como cortes de circulación durante el transcurso de la prueba, que obligó al desvío de 35 líneas de autobús. Y esto no es algo puntual, ya que sólo en el mes de octubre, la ciudad de Barcelona acogió un total de ocho carreras populares, las mismas que están programadas para noviembre.

En este contexto, el Ayuntamiento ya ha dado a conocer su voluntad de reducir el número anual de carreras populares que se celebran en la ciudad y la solución podría pasar por la reagrupación de algunas de ellas para que los vecinos no se sientan agredidos en su movilidad.