Inversiones
Mas presume de inversiones pese a la «inmensa precariedad» de sus cuentas
La corriente independentista ha crecido en los últimos años gracias, entre otras cosas, a argumentos relacionados con el bolsillo. La consigna «España nos roba» ha cuajado entre miles de catalanes, pero el reciente aviso de empresarios estadounidenses sobre la fuga de compañías que desataría la independencia de Cataluña puede provocar que el anzuelo de la prosperidad cambie de caña. Para evitarlo, Artur Mas exhibió ayer el músculo de Cataluña para captar inversión extranjera, pasando por alto el cierre de miles de empresas que ha sufrido la comunidad desde que estalló la crisis y el debate soberanista.
«El año 2012, pese al ruido político, Cataluña fue la región continental europea que tuvo más captación de inversión y durante el primer semestre de 2013 ha sido la segunda», subrayó ayer el presidente de la Generalitat durante la XII Jornada Gresol, que cada año se celebra en Salou.
De esta manera, Mas quiso tranquilizar a quienes anteayer se alarmaron por las contundentes advertencias del presidente de la Cámara de Comercio de EE UU, Jaume Malet. «Hay una preocupación muy grande por parte de la inversión extranjera –estadounidense en particular– por lo que está pasando. Hay una creciente preocupación que podría comportar una deslocalización masiva de inversión y de puestos de trabajo», advirtió Malet.
Pero Mas negó la mayor y prácticamente pasó por alto el impacto negativo del debate soberanista. «Estamos en un punto en que somos atractivos. Volvemos a ser o seguimos siendo atractivos y esto vale para muchos sectores diferentes». dijo el presidente de la Generalitat en alusión al industrial o al turístico.
Lo cierto es que es Mas quiso subrayar los puntos fuertes de la economía catalana e ignorar la pésima situación económica que Cataluña arrastra desde que comenzó la crisis. Cabe recordar que desde el año 2008, la industria catalana ha destruido más de 210.000 empleos y más de 8.200 empresas han echado la persiana. Los datos de desempleo continúan produciendo vértigo –la tasa de paro continúa al borde del 25 por ciento– y ningún indicador hace sospechar que el soberanismo actúe como propulsor de la economía.
Mas, no obstante, concedió que la situación de las finanzas de la Generalitat es de una «precariedad inmensa», pero supo hallar consuelo, ya que, por primera vez en tres años, en 2014 no crecerá la partida de intereses relacionada con la deuda.
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