Abusos a menores
«Me duele más la actitud de los Maristas que la del pederasta»
El padre que destapó el caso de abusos en el colegio de Sants acusa a la orden religiosa de «querer enterrar el caso» con el juicio a Benítez
El padre que destapó el caso de abusos en el colegio de Sants acusa a la orden religiosa de «querer enterrar el caso» con el juicio a Benítez.
Para Manuel Barbero, el padre que destapó el escándalo de abusos sexuales en el colegio de los Maristas de Sants-Les Cort, las declaraciones de Joaquín Benítez –el único docente que ha reconocido los hechos– reafirman la versión de su hijo y demás víctimas: que «la institución religiosa conocía los abusos y que optaron por enterrarlos».
El pederasta confeso aseguró el domingo en una entrevista a «El periódico» que el centro era conocedor de los tocamientos a raíz de la denuncia de un niño en 1990. «Los Maristas sí que conocían mi debilidad, si me hubieran echado entonces, yo lo hubiera agradecido», declaró a este diario.
«¿Cómo no van a ser conocedores, si ha habido más de 30 años de abusos?», critica este padre. Además de Benítez, hay denuncias contra otros 10 docentes de Maristas por delitos sexuales desde la década de los 70, pero no podrán ser juzgados porque han prescrito. Así Benítez será el único que se sentará en el banquillo y sólo por cuatro casos, aunque ha reconocido que ha habido más.
El padre que destapó el escándalo y que ha hecho bandera de la causa dice que «le duele más la actitud de la orden religiosa» que las agresiones sexuales que sufrió su hijo «porque, al fin y al cabo, Benítez es un enfermo y es la institución religiosa la que permitió que siguiera en su puesto durante muchísimos años a pesar de ser conocedora de lo que hacía con varios alumnos». Barbero acusa a los altos cargos de Maristas de querer enterrar el caso y de no «reparar el daño a las víctimas». «No basta con pedir perdón», se queja. «No saben ni cuántas denuncias hay en contra de la orden por abusos», asegura. Por ello, este padre les exige una investigación exhaustiva y que se interesen por cada uno de los alumnos que han sufrido acoso sexual en sus colegios. «Lo más importante es el reconocimiento», defiende.
Barbero teme que, aunque Benítez en el juicio «tire de la manta e inculpe a otros docentes», la institución religiosa «se vaya de rositas». Ahora sólo espera que el pederasta que le ha robado a la infancia a su hijo «sea juzgado y pague por lo que ha hecho».
«Hablé con él por teléfono y me pidió perdón por lo que hizo con mi hijo, pero no le voy a perdonar, y a los Maristas menos por la impunidad con la que han actuado», declara. «No quiero hundir a la institución, sólo quiero que paguen los responsables y que esto se acabe cuanto antes», concluye este padre.
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