Artistas
Paul McCarthy, provocateur
La Fundación Gaspar acoge el regreso a la pintura de este iconoclasta artista
La Fundación Gaspar acoge el regreso a la pintura de este iconoclasta artista.
«Mi trabajo va más con ser un payaso que un chamán». Así de contundente se refiere a sí mismo Paul McCarthy, uno de los artistas más iconoclastas y viscerales de finales del siglo XX y principios del XXI. Su trabajo dentro del vídeo, la performance y la escultura es venerado por todo el mundo, pero es en la pintura donde se formó y donde sublima mejor sus «payasadas», un grito pop y munchiano capaz de tirar por tierra todas las convenciones estéticas contemporáneas. ¿Provocador? La sensibilidad siempre hay que ponerla a prueba. «Nunca me ha interesado solo provocar, sino que temas como los del sexo, la mierda, la degradación o la podredumbre los exploro para intentar llegar a algunas conclusiones sobre cómo nos relacionamos con todos ellos», indica.
La Fundació Gaspar acoge hasta el 16 de julio los últimos trabajos pictóricos de McCarthy, grandes explosiones de color en torno al cuerpo desnudo, la violencia, la degradación y la inmundicia. En total son 13 pinturas y 31 dibujos que forman parte de sus dos últimas series. La primera, «Stagecoach», basada en la película «La Diligencia», de John Ford, protagonizada por John Wayne. La segunda, «White Snow», que se inspira en «Blancanieves y los siete enanitos» en la versión de Walt Dinsney. «Me interesó indagar en las falsas apariencies del mundo de las “celebrities” de Hollywood», señaló ayer McCarthy a la hora de valorar estas series.
Su «Diligencia» muestra, así, las escenas que nunca podría haber filmado Ford, momentos de furia sexual y descomposición escatológica. Por su parte, su «Blancanieves» rompe la indulgente inocencia de la heroína para romper con su refuerzo a los valores arcaicos. «El cuento me sirve para explorar temas como el patriarcado o la relación padre-hijo. Mientras que el sexo me sirve para criticar y canalizar mi liberación personal», comentó McCarthy.
El célebre artista de Salt Lake City vuelve a demostrar un talento único para triturar todo icono pop y mostrar su lado salvaje y oculto. Existen lavados de imagen, y luego existe lo que hace McCarthy, ensuciadores y desenmascadores.
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