Podemos toma Barcelona y su área metropolitana

El PSC pierde la mitad de sus votos y el «cinturón rojo» pasa a ser «morado». Ciudadanos pierde fuelle respecto a las últimas elecciones

Barcelona y su área metropolitana se han erigido por méritos propios en la última trinchera contra el independentismo en Cataluña. Pocas cosas le duelen más a un soberanista que ver a la capital de Cataluña dar la espalda al “procés”. Por si eso fuera poco, las presentes elecciones ponen de manifiesto que el tirón de Ada Colau, y de Podemos, se extiende más allá de Barcelona y arrasa en toda el área metropolitana. Es decir, no sólo se lleva por delante al independentismo sino que también domina con claridad los feudos históricos del PSC en los alrededores de la capital catalana.

Podía parecer que el heredero de los socialistas en el área metropolitana iba a ser Ciudadanos, así ocurrió en las pasadas elecciones catalanas en las que, por ejemplo, la formación naranja ganó en L’Hospitalet. Nada más lejos de la realidad. El cinturón rojo se destiñe, es cierto, pero sigue siendo de izquierdas y ahora es terreno de Podemos. Es decir, la formación morada se impone en Cornellà, Badalona, Santa Coloma de Gramanet, Sabadell y la mencionada Hospitalet. Como curiosidad, Sant Vicenç dels Horts, la población en la que Oriol Junqueras es alcalde, no sólo gana Podemos, queda relegada a la cuarta plaza. Así las cosas, salvo honrosas excepciones como Sant Cugat, que sigue fiel a CDC, la formación de Pablo Iglesias se impone claramente en toda la provincia de Barcelona.

De este modo, en la capital catalana Podemos se lleva el gato al agua con 186.000 votos y el 26 por ciento de los votos. En segundo y tercer puesto hay un empate técnico entre ERC y CDC y a un puñado de votos el PSC que se deja, al igual que en toda la provincia, la mitad de los votos. Los socialistas, cabe recordar, perdieron la hegemonía de la capital catalana en 2011 con CDC por primera vez en su vida después de perder otro 17 por ciento de los votos.

Si algo dejaron patente aquellas elecciones de 2011 es que el área metropolitana de Barcelona comenzaba a perder el color rojo que la caracterizaba. Es decir, el PSC se deshinchaba. La importancia de ciudades como Santa Coloma de Gramenet, Badalona, l’Hospitalet o Sabadell es capital en la política catalana. Se trata de ciudades, al fin y al cabo, que superan holgadamente los 100.000 habitantes que, además, eran el feudo tradicional del PSC. Mientras la Cataluña profunda oscila, fundamentalmente, entre ERC y CiU, la debacle socialista propiciaba que dos partidos de muy distinto pelaje, Ciudadanos y Podemos, pugnasen por el mismo electorado. Podía parecer que Ciudadanos se iba a imponer pero se trató, a la luz de los resultados de ayer, de un mero espejismo.

De algún modo, el área metropolitana recupera el voto dual que siempre le ha caracterizado. Vota menos en las catalanas y sale a la calle en las elecciones generales. Eso sí, cambiando de preferencias. El PSC se hunde y su lugar lo ocupa Podemos de forma fulgurante.