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Serenidad, y desconexión para disfrutar del buen comer

El Bellamar, especializado en pizzas al horno de leña, fomenta a través de su entorno y decoración una sensación de relajación absoluta

Serenidad, y desconexión para disfrutar del buen comer
Serenidad, y desconexión para disfrutar del buen comerlarazon

Pese a que no es el típico restaurante de playa, ni por su oferta gastronómica ni por su ubicación, el restaurante Bellamar se ha consolidado como una opción muy apetecible y atractiva con la llegada del buen tiempo.

Este establecimiento, situado entre la montaña y el litoral recibiendo así los influjos de ambos, ofrece una carta variada y apta para todos los gustos, donde las pizzas de masa fina, hechas al horno de leña, son las principales protagonistas. Los entrantes para compartir, las carnes a la carnes a la brasa y el picoteo completan una oferta culinaria «para gustar a todo tipo de paladares», tal y como señala la propietaria del establecimiento Silvia Tortosa, quien destaca que se trata de una cocina «muy asequible». En este sentido, en invierno el restaurante ofrece un menú de mediodía de doce euros entre semana y de 17 euros los fines de semana, mientras que en verano se suprimen ambos y sólo se mantienen los menús especiales para grupos.

Pero el restaurante Bellamar no se distingue únicamente por su gastronomía, sino que uno de sus principales atractivos es la espectacular y relajante terraza jardín con la cuenta, que su propietaria califica como «una isla que te embriaga por su carácter espiritual y su esencia».

Y es que en este espacio privilegiado garantiza serenidad, relajación y desconexión mediante la vegetación natural que particulariza el lugar, la iluminación, la buena distribución de las mesas y la calidez que transmite su decoración. La sensación es la de estar comiendo en plena naturaleza, en un osasis de calma y tranquilidad, donde la privacidad es posible y la serenidad hace acto de presencia. «Es una terraza sin cubierta y sólo la frondosidad de las moreras cubre la mesas», describe Silvia Tortosa, quien ofrece así una imagen congelada del local que permite componer en la mente el espíritu que se respira en el Bellamar. «Es un ambiente cálido, acogedor, con una decoración muy cuidada y con muchos detalles», añade la propietaria.

Tal es la singularidad y el encanto de esta terraza que en invierno, cuando ésta queda clausurada por la llegada del mal tiempo, el comedor interior se impregna también de su carácter. «En invierno, la terraza entra adentro en un entorno más recogido», asegura Silvia, quien , a modo de ejemplo, explica que «en el comedor interior ponemos centros florales , que hago yo misma, los cuales aceercan la ambientación de la terraza al interior».

Por último, la música también contribuye a dar al Bellamar este carácter de oasis de relajación, puesto que las noches del fin de semana, la propietaria suele ofrecer exhibiciones de bell hasta las 2.00 horas. «No sólo hago música yo, sino que además ofrezco a los clientes que prueben el instrumento conmigo», señala Silvia, quien asegura que «con ello pretendo constribuir a transmitir esa desconexión del bullicio que singulariza al Bellamar».