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Un mando de los Mossos confirma los sobornos de los burdeles
Asegura que presenció la entrega de sobres con dinero a agentes
Uno de los testigos clave en el juicio por la trama de corrupción judicial y proxenetismo vinculada a los prostíbulos de Castelldefels Saratoga y Riviera, el subinspector jefe de anticorrupción de la comisaría general de Investigación Criminal (Cgic) de los Mossos d'Esquadra, Antoni Salleras, confirmó ayer que los dueños de los burdeles sobornaron a los mandos policiales para que les avisaran de las redadas.
La declaración de Salleras respaldó la versión que ofreció el lunes en la vista oral el confidente policial Manuel Gutiérrez Carbajo, quien dijo que los citados mandos policiales cobraban cada mes sobres con «3.000 ó 6.000 euros», sin especificar ninguna cifra exacta.
Hasta el momento, los principales imputados de la Policía Nacional, José Javier Martín Pujal, Luis Gómez y Abundio Navas, siempre han negado cualquier tipo de soborno.
Salleras argumentó, para justificar sus acusaciones, que efectivos de los Mossos presenciaron y registraron en vídeo en un restaurante dos entregas de sobres con dinero entre los responsables de los prostíbulos y los cargos policiales. El subinspector relató que él mismo vio estas entregas mensuales, que cuantificó en 6.000 euros, y además precisó que los destinatarios eran dos imputados en la trama, el comisario de la Policia Luis Gómez y el inspector Andrés Otero.
La intervención de las defensas sirvió para poner en duda que esos sobres contuviesen dinero, pero el mando de los Mossos concluyó que por las conversaciones telefónicas, el método y la discreción con que se pagaba apuntan a que se trataba de dinero en efectivo, pese a que se ocultaba en las conversaciones con «eufemismos» como intercambio de catálogos o relojes.
Salleras está imputado junto a otros mossos por el juez de Barcelona que investiga el caso Macedonia, que sospecha que pudieron haberle ocultado pinchazos telefónicos para proteger a un grupo de narcotraficantes, entre los que podría encontrarse el citado confidente, Gutiérrez Carbajo, clave en esta investigación del caso de los prostíbulos.
El subinspector declaró durante más de seis horas en la sesión de ayer del juicio. Además, pudieron comparecer otros dos agentes de los Mossos, que se encargaron de varias inspecciones administrativas, tanto al Riviera como al Saratoga.
Ambos coincidieron en que no encontraron irregularidades en la situación de las prostitutas, pero aclararon que se limitaban a solicitar documentación y preguntarles si tenían algún problema. El motivo es que ese control no era responsabilidad de su unidad, pues su labor era el control administrativo sobre cuestiones como las salidas de emergencia, sanitarios, pólizas, y cuestiones de esta índole, con lo que no se detenían en esto, que era responsabilidad de otra sección.
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