España
Vivir en Cataluña aumenta el riesgo de sufrir exclusión social severa
La precarización del empleo y el precio de la vivienda explicarían la situación de más de un millón de catalanes
La precarización del empleo y el precio de la vivienda explicarían la situación de más de un millón de catalanes
Desde la crisis, todos los indicadores socioeconómicos de España han ido experimentando una leve y progresiva mejoría, sin embargo aún no se ha conseguido recuperar los valores previos y lo que ha producido durante este tiempo es un enquistamiento de la exclusión social severa , que afecta a más población y de forma más intensa que antes.
Así, tal y como pone de relieve el octavo informe Foessa, presentado ayer por Cáritas Cataluña, el número de personas en exclusión social en España es de 8,5 millones, es decir un 18,4% de la población, lo que supone un aumento respecto al 2007 de 1,2 millones de personas más. Además, de éstas, 4,1 millones de personas se encuentran en situación de exclusión social severa. Todo ello además ha supuesto un incremento de la brecha de género y por ejemplo, como apunta el informe, una mujer española ha de trabajar 1,5 horas más al día para ganar lo mismo que un hombre y si además ésta es inmigrante, necesitará dos horas más.
Este fenómeno es especialmente evidente en el eje mediterráneo-sur, donde se registra una mayor exclusión social. Así pues, en Cataluña una de cada cinco personas se encuentra en exclusión social, es decir que cerca de un 20% de la población o, lo que es lo mismo, 1,5 millones de personas, se ven afectadas por esta situación, mientras que dos de cada tres cree que han empeorado sus condiciones de vida desde el inicio de la crisis. En términos generales, un 35,1% de la población catalana está en situación de integración precaria –por el 33,2% de España-; el 9,8% en exclusión moderada –por el 9,6% de España-; y un el 9,6% en exclusión severa –por el 8,8% de España. Y lo que resulta especialmente alarmante es que desde 2013, en Cataluña 26 mil personas más han caído en la exclusión severa.
Ante este panorama, para Cáritas Cataluña, hay cuatro problemas especialmente preocupantes. Por un lado, la precarización del trabajo, como demuestra el hecho que, pese a tener un empleo, el 15,8% de los hogares catalanes se encuentran en situación de exclusión social, el paro (11,5%) sigue a niveles superiores que antes de la crisis (6,7%), el 52% de los hogares en situación de exclusión están sustentados por un sola persona con trabajo, el cual suele ser precario, ya sea por la temporalidad de los contratos como por la parcialidad involuntaria. El segundo gran fenómeno preocupante es el de la exclusión residencial que afecta a 3 de cada diez personas. De hecho, el precio elevado de la vivienda condena a 944 mil personas a vivir en la pobreza. Y es que según los datos del informe, 300 mil personas, que representan un 4% de la población catalana, residen en una vivienda insegura, ya sea por estar en proceso de desahucio, en realquiler o en situación de violencia familiar, y un 16% vive en una vivienda inadecuada. En esta línea, es importante destacar que el 12,4% sufre pobreza severa después de pagar los gastos de vivienda y una de cada cuatro personas se ha visto obligada a reducir los gastos de suministros.
Todo ello se traduce en el que Cáritas define como el tercer gran problema, que es el relativo a la salud y, en este sentido, el informe revela que un 10% de la población ha dejado de comprar medicinas y de seguir sus tratamientos por problemas económicos y en torno al 4% vive en hogares sin acceso a la alimentación básica. Por último, preocupa especialmente el fenómeno del aislamiento social, que ha aumentado desde la crisis. En este contexto, un 11.6% de las personas se encuentran en situación de exclusión por este hecho, lo que supone un aumento del 8,8% desde 2013, sin embargo en conjunto de España el porcentaje disminuye para pasar del 8,5% al 7,5%.
Así pues, el informe pone de relieve una peor evolución de la situación en Cataluña respecto al conjunto de España, algo que Raúl Flores, jefe del Equipo de Estudios de Cáritas Española, explica por “la precarización del empleo, con salarios muy bajos y escasa capacidad integradora, y una fuerte presión sobre el precio de la vivienda en el arco mediterráneo, sobre todo del alquiler, especialmente en los últimos 5 años”. Ante esta situación, desde Cáritas Cataluña se señala como necesario e imprescindible “el aumento del gasto social, que lleva asociado de manera especial la revisión de la implementación de la renta garantizada de ciudadanía puesto que ésta no llega a las personas en situación de mayor vulnerabilidad, y una mejor redistribución”, señalaba ayer Miriam Freu, responsable de la Comisión de Acción Social, quien además apuntaba que “en Cataluña existe una baja protección de las personas más vulnerables, mientras que las que tienen ingresos del trabajo están más protegidas, lo que denota una ineficacia de las prestaciones.
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