Iñaki Zaragüeta
Apoyo arriesgado
Resulta difícil comprender el descarado apoyo del «aparato» del PP a uno de los dos candidatos, en este caso a Soraya Sáenz de Santamaría. Un soporte protagonizado desde quien se quedó al frente del partido tras la espantá de Rajoy, Fernando Martínez -Maillo, hasta el superviviente de todas las batallas –ya solo queda él– Javier Arenas.
No lo entiendo porque no queda bonito que, después de aprobar las primarias en los Estatutos, se batalle contra alguien de la propia organización. Ni ético, ni estético. Tanto la ex vicepresidenta como Pablo Casado, miembro de la Ejecutiva nacional, merecen el mayor respeto y ecuanimidad. Ninguno de los dos atentan en principio contra la ideología del PP. Al menos que se sepa.
A ello añado el riesgo que la decantación supone. La historia de los partidos está llena de sobresaltos para las direcciones. El gen rebelde de las bases provoca a veces sobresaltos importantes. Está demasiado reciente el apoyo de la Ejecutiva nacional del PSOE a Susana Díaz y el vencedor fue Pedro Sánchez, o la de hace unos años con Joaquín Almunia y José Borrell.
Por más que el cuerpo electoral del próximo sábado, los compromisarios, ocupen cargos públicos, si yo fuera Maillo y cía no las tendría todas conmigo. La juventud. Desde los tiempos de Sócrates ya se calificaba a los jóvenes como tiranos, se desconfiaba de los jóvenes «contradicen a los padres y le faltan el respeto a sus maestros». En el mundo moderno, los jóvenes van consiguiendo imponer su audacia y se ha hecho necesaria para lo sociedad como instrumento para no desangrarse.
¡Ojo! El ultimo apoyo a Soraya por parte de Rodríguez Zapatero, de tan triste recuerdo, podría ser letal. Así es la vida.
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