Barcala confía en cerrar en breve «los flecos» pendientes del pacto con Cs

Los dos partidos ya han puesto en común los ejes programáticos para el próximo mandato

El alcalde de Alicante en funciones, Luis Barcala (PP), expresó ayer su confianza en que hoy pueda avanzarse en el proceso de negociación entablado con Ciudadanos (Cs), de modo que se alcance un acuerdo para compartir responsabilidades de gobierno en el Ayuntamiento.

Barcala insistió en que «quedan los últimos flecos» después de que, el martes, los dos partidos pusiesen en común «los ejes programáticos» a desarrollar a lo largo del próximo mandato.

En esta línea, detalló que existían muchos puntos en los que ya se apreciaron coincidencias a lo largo de la campaña electoral, como las contratas que afectan a algunos servicios públicos, «que al final es lo que nos están reclamando los ciudadanos que pagan sus impuestos». Entre ellos, citó la limpieza viaria, el transporte público o el mantenimiento de zonas verdes. También se refirió a la necesidad de generar empleo, con una apuesta por el desarrollo de las nuevas tecnologías y la atracción de empresas, además de seguir reclamando inversiones pendientes para la ciudad a otras administraciones.

Por último, también señaló la importancia de dar respuesta a las nuevas competencias transferidas a los ayuntamientos con los recursos que eso requiere. De ahí que haya solicitado una próxima reunión al presidente de la Generalitat, el socialista Ximo Puig, para reclamar esas cuestiones.

Respecto a la negociación con Cs, añadió que está preparado para todas las opciones y que su expectativa es poder ser investido alcalde mañana sábado.

Por otra parte, el PP de Alicante reclamó también a Puig «inversiones y no fotos» para la provincia, donde hay «listas de espera inasumibles, barracones en los colegios y una falta de inversiones preocupantes».

El coordinador general del PP provincial, Raúl Dalmau, se refirió a la fotografía del miércoles del acuerdo del Botànic II en el castillo de Santa Bárbara como el «pacto del castillo». «La elección del castillo de Santa Bárbara es la metáfora de un Ximo Puig atrincherado con nacionalistas y la ultraizquierda en contra de los intereses de la Comunitat Valenciana solo para salvar los sillones. Puig le ha dado las llaves del castillo a Podemos en un Consell del que es presidente, pero que no gobierna».