Comunitat Valenciana
Cómo comprender la evolución del sueño del bebé
Ignorar su llanto tan solo conduce a causar frustración y desesperación. No respondemos a sus necesidades
Ignorar su llanto tan solo conduce a causar frustración y desesperación. No respondemos a sus necesidades
El bebé no necesita aprender a dormir, más bien son los padres los que necesitan comprender que el sueño es un proceso que irá evolucionado a medida que el bebé crezca. Es excepcional que el bebé a partir de los 6 meses duerman toda la noche de un tirón.
Después de pasar los dos primeros meses de la vida del bebé, algunos padres empiezan a dormir unas horas más, es decir, no se despierta tan a menudo durante la noche. Pero la alegría dura poco, porque a partir de los cuatro meses de edad, los despertares vuelven a ser otra vez frecuentes. ¿Qué está pasando? Pues simplemente que su instinto le dice que no puede dormir tantas horas seguidas, es más consciente a esta edad, que cuando duerme no es posible percibir las señales de amenaza. Y eso le perturba, necesita estar seguro que sus padres están, lo comprueba, toma un poco de leche del pecho de su madre y vuelve a dormir, así de simple. Al fin y al cabo somos mamíferos. A medida que crezca, los diferentes hitos evolutivos por los que va pasando irán influyendo también en el sueño. Volverá a desvelarse, con mayor frecuencia sobre los 6-8 meses, porque a esta edad empieza a percibir que es un ser único separado de su madre, a lo que tenemos que añadir otros cambios que se van a ir produciendo, como la salida de los primeros dientes, el inicio de la alimentación complementaria, el gateo... Un sinfín de experiencias que hacen que durante la noche esté más intranquilo y agitado, se producen una serie de micro despertares, necesitando incluso de ayuda para volver a dormir. Y qué mejor amparo que su madre, su leche le proporciona el mejor de los somníferos.
Hasta los 12-18 meses de edad el bebé no comprende que sus padres siguen existiendo aunque no los vea. Sobre el año y medio empieza la etapa de las pesadillas que hará que se despierte de nuevo a menudo. Los adultos también nos despertamos 4-5 veces en las distintas fases del sueño, aunque no seamos conscientes de ello porque volvemos a dormirnos fácilmente tras estos micro despertares. No sucede lo mismo con los bebés, ellos se despiertan por completo y necesitan saber que los padres están para volverse a dormir. Ignorar su llanto tan solo conduce a causar frustración y desesperación. Si lo dejáis llorar, el desconsuelo tenderá a reducirse, y como padres, podéis pensar que os habéis hecho con el mando de la situación sin entrar a ser víctimas de sus apetencias. Yo diría que lo que estamos haciendo es dañarlo en su desarrollo y enseñarle que no respondemos a determinadas horas a sus necesidades.
Ciertamente los primeros años de vida están llenos de cambios estresantes para el bebé, no solo a nivel biológico, sino también los hechos de la vida cotidiana que van a interferir en su sueño: la vuelta al trabajo de la madre, inicio de la guardería, etcétera.
No se trata de enseñar a dormir al bebé con fórmulas como dejarle llorar. La práctica del colecho evita la intranquilidad que le produce la separación, a pesar de que muchos padres lo viven como un problema, su presencia hace que el bebé concilie el sueño más fácilmente porque junto a su madre se siente seguro y tranquilo, además de tener el alimento a su alcance.
Os recomiendo si deseáis conocer más sobre el sueño de los más pequeños que leías el maravilloso libro de Rosa Jové «Dormir sin lágrimas». Cuando lo leías comprenderéis qué no se debe hacer durante el sueño de tu bebé.
Pueden enviar sus preguntas a consultalactancia@larazon.es
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