Concha Guillén: «Los políticos recortan en todo menos en sus sueldos»

Aunque la directora de Cáritas Diocesana de Valencia subraya una y otra vez que detrás de los números hay historias personales que son verdaderos dramas, las cifras están ahí. Según el último informe, del año 2011, esta entidad sin ánimo de lucro atendió a casi 93.000 personas, un 23 por ciento más que durante el año anterior y un 147 por ciento más que cuando empezó la crisis. En ayuda directas gastó 2,3 millones de euros.

– Las personas que solicitan ayuda aumentan considerablemente, ¿está Cáritas al límite?

– No, en este momento podemos trasladar a las Cáritas parroquiales las ayudas. Hay muchas personas que hacen donativos, incluso en el buzón de las cartas, y muchas otras que son socios.

– ¿Cree que las asociaciones están desarrollando la labor que deberían desempeñar los servicios sociales?

– En las Cáritas parroquiales lo hacemos siguiendo a Mateo 25: «Tuve hambre y me distéis de comer», pero debemos de ser subsidiarios, no podemos dar respuestas que no nos corresponden. La nuestra es acoger, compartir y acompañar, pero nunca sustituir. El Estado de bienestar lo están desmantelando otros, pero a veces creo que les estamos haciendo el juego. Nuestro trabajo ha de ir más por acompañar a las personas a las que se les dice no.

– Esos ciudadanos vienen, ustedes les derivan a los servicios sociales públicos y allí les envían a Cáritas de nuevo.

– Sí y queremos que les conduzcan aquí con hoja de derivación, para tomar conciencia. A alguien habrá que decirle que hay que aumentar el presupuesto social. Hay muchos dramas, de personas con nombre y apellido y no hay derecho. Se lo llevan siempre los mismos. Ahora toca compartir y los que tienen deberían renunciar a algo, en favor de aquellos que no tienen nada.

– Además, cada vez es más complicado superar la pobreza...

– Ahora atendemos a los que se quedan en la cuneta de la vida una y otra vez y a los que se están quedando ahora, que sí tienen recursos personales y que podrían salir con una ayuda... pero parece que la Administración pone barreras a los ciudadanos de a pie, por ejemplo con la reforma sanitaria.

– Además, las personas sin recursos ya no tienen la tarjeta solidaria de medicamentos.

– Estamos recabando información de las incidencias que puedan producirse.

– Entiendo de sus palabras que están haciendo una labor importante de denuncia.

–De denuncia profética, diciendo lo que está mal y ofreciendo otra manera de solucionar los problemas. Estamos diciéndoles a las Cáritas parroquiales que ni se les ocurra, por ejemplo, montar un policlínico, porque hay muchas que se enternecen y quieren responder desde el corazón, pero la cabeza hay que utilizarla también. Hay que reivindicar.

–¿Está desencantada con los políticos?

– Recortan en todo menos en sus sueldos. La filosofía del que parte y reparte se queda con la peor parte, no está muy compartida en la clase política.

– ¿Se compran televisiones con los subsidios?

– Hablan desde la ignorancia. Pero siempre es mejor dar conociendo a las personas.

EN PRIMERA PERSONA

Pese a compartir su día a día con personas que esconden duras historias, no ha perdido el optimismo. Concha Guillén, licenciada en Psicología y directora de Cáritas Diocesana de Valencia desde el año 2004, insiste en mandar un mensaje optimista. «Con todos los agentes que estamos aquí, el final debe ser bueno. Somos muchos los que queremos que la vida sea un poco más fácil para los demás». Agradece también la labor de los profesionales de Cáritas, un «equipo con IVA», que se cree de verdad lo que hace. «Este clima es una delicia».