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«Detrás de los asesinatos múltiples hay un acto de justicia»

El libro: A través del relato de varios asesinatos en todo el mundo, el autor provoca que los lectores puedan, incluso, ponerse en la piel de los asesinos. Casos como el doble crimen de Cuenca, el cuádruple de Pioz o los actos terroristas de París y Barcelona, servirán para comprender las motivaciones de los autores de unas masacres que no dejaron indiferente a nadie.

Vicente Garrido - psicólogo, criminólogo y escritor
Vicente Garrido - psicólogo, criminólogo y escritorlarazon

El libro: A través del relato de varios asesinatos en todo el mundo, el autor provoca que los lectores puedan, incluso, ponerse en la piel de los asesinos. Casos como el doble crimen de Cuenca, el cuádruple de Pioz o los actos terroristas de París y Barcelona, servirán para comprender las motivaciones de los autores de unas masacres que no dejaron indiferente a nadie.

Si hay alguien en España que sabe de sucesos es Vicente Garrido (Valencia, 1958), el primer experto del país en elaborar un perfil criminal para capturar a un asesino en serie. Garrido compagina su trabajo como profesor en la Universitat de València con sus colaboraciones con la Policía y la Administración de Justicia. Y le sobra tiempo para escribir. A las obras «El rastro del asesino», «Cara a cara con el psicópata», o «Perfiles criminales», entre otras, se suma ahora su último trabajo, «Asesinos múltiples y otros depredadores sociales», un libro en el que trata de dar respuesta a los lectores sobre la gran paradoja del mal.

-En primer lugar, ¿qué diferencia a un asesino múltiple de uno en serie?

-Son dos perfiles diferenciados. El asesino múltiple mata a tres o más personas en una sola acción, en una secuencia final en la que sabe que puede acabar muerto. El asesino en serie quiere perseverar su vida. Paradójicamente, mata porque quiere seguir viviendo una vez que ha obtenido satisfacción para sus fantasías. Mata a lo largo del tiempo, y durante los periodos entre asesinato y asesinato, él está integrado en la vida. La diferencia es muy importante, no solamente con respecto a la propia dinámica del crimen, sino con las motivaciones y la psicología de sus autores.

-Habla de lo moral de sus acciones como «justificante» de los crímenes. ¿Cree que puede haber cierta empatía por parte de los lectores?

-Eso tiene que ver con la gran paradoja del mal. Si hay tanta violencia y tantas muertes y maldad en la historia del ser humano, ¿por qué hay tan pocas personas que se consideran malas? La mayoría de los asesinos se consideran justificados para matar. Si no entendemos eso no se puede entender la mayor parte de los crímenes ni de los asesinatos múltiples, aunque siempre hay excepciones. Para ellos es más un acto de justicia. Esto es lo que está detrás de la mayoría de los asesinos múltiples.

-¿En qué medida están relacionadas las enfermedades mentales con los crímenes? ¿Es un error asociar la depresión o la esquizofrenia con el crimen?

-Depende del concepto de enfermedad mental. En el caso de los asesinos múltiples no podemos decir que matan porque estén deprimidos. Tampoco es que sean personas equilibradas en plenitud de sus facultades mentales y emocionales. Pero mucha gente tiene ese tipo de problemas y no comete ningún crimen. Nada de eso determina al individuo o le fuerza actuar de forma violenta. Pero aun existiendo una mayor incidencia de los problemas mentales en los asesinos múltiples que en la población en general, la gran mayoría de ellos no encuentran en la perturbación mental la explicación para delinquir.

-¿En qué medida está ligado el consumo de drogas o alcohol a lo asesinatos múltiples?

-Probablemente en los cometidos en la familia. En España y en la Comunitat Valenciana hay varios ejemplos de este tipo, como los ocurridos en Elche o Tuéjar. Las drogas en los crímenes familiares juegan un papel desinhibidor, pero no causal, ya que únicamente les da la energía suficiente para cometer el crimen.

-España no es un país que destaque por la violencia múltiple como ocurre en EE.UU. ¿Qué factor cree que frena esa desviación en los españoles?

-En primer lugar, las armas. En Estados Unidos se adquieren con la misma facilidad que la pasta de dientes. El elemento de oportunidad del crimen es siempre un factor extraordinario. A esto se suma la alienación o falta de integración de la gente en la vida social. En EE.UU. se sufre la tensión de tener que ser un triunfador, lo que deriva en una frustración social. En España los vínculos familiares son mucho más fuertes, y hay una mejor atención sanitaria, lo que permite acceder a un psiquiatra o recibir tratamiento. En EE.UU., si no te lo ganas, no tienes derecho a la salud, y por ello hay más gente con problemas mentales sin atender.

-Explica que los terroristas no son estudiados como asesinos múltiples por su motivación política, pero, desde el punto de vista psicológico, ¿qué diferencia o relación hay entre ellos y quienes matan indiscriminadamente en colegios o iglesias?

-La gran diferencia es que si hablamos del terrorismo, por ejemplo el yihadista, está claro que la motivación es ideológica o religiosa, y un asesino múltiple lo hace por motivos personales. Otra cuestión es que algunos terroristas incluyan determinadas frustraciones o elementos personales como acicate para matar. Ahí destaca lo que llamo 'pseudoyihadismo', personas de origen musulmán que jamás han tenido relación con la doctrina salafista, pero que bajo la bandera del yihadismo cometen asesinatos múltiples.

-Es necesario también hablar de las víctimas. ¿El asesino múltiple tiene necesariamente que tener una relación con ellas?

-Hay diferentes tipos de relación. En el libro distingo entre las víctimas específicas, que son aquellas que resultan asesinadas porque el autor quería específicamente matarlas; las simbólicas, que son aquellas víctimas que no causaron daño a los asesinos pero que representan, en muchos aspectos, a los responsables de un dolor anterior; y las víctimas del azar, casuales, con las que el individuo no tiene ningún tipo de vínculo, pero contra quienes expresa su odio difuso, su odio a la sociedad, a la vida.