Economía
El azulejo asegura que no soportará la subida del «tasazo» eléctrico
Calcula que supondrá un sobrecoste de 60 millones al año. Proponen que Soria excluya al sector del aumento del precio
El sector azulejero español asegura que no tiene por qué soportar los efectos de una «ineficaz política energética» con un aumento de las tasas que, además, no saben si podrán resistir. El secretario general de la patronal Ascer, Pedro Riaza, aseguró ayer que este incremento junto con el «tasazo» del gas supondrá un sobrecoste de 60 millones de euros al año.
Este nuevo peso añadido coloca a la industria española en una situación de desventaja con respecto a otros países que no tiene tasas tan elevadas. Por ello, el sector solicita al Ministerio de Industria que excluya de dicha subida al azulejo, un sector exportador y de los que mejor está funcionando incluso en época de crisis.
Riazo se manifestó en estos términos durante la tradicional presentación de resultados anuales que se celebra cada año con motivo de la feria Cevisama, que en esta ocasión se une a Habitat Valencia y Fimma-Maderalia.
El presidente de Ascer, Isidro Zarzoso, explicó por su parte que intentaron trasladarle sus preocupaciones y peticiones al ministro del ramo, José Manuel Soria, el pasado martes durante la inauguración del certamen, pero fue imposible porque «no se separó del Príncipe».
Con todo, la situación del sector es bastante saludable. Las ventas de azulejo español durante el año pasado se incrementaron un cinco por ciento hasta llegar a los 2.800 millones de euros. De ellos, solamente 552 -el 20 por ciento- corresponden a ventas nacionales, el resto fueron operaciones en el extranjero.
La producción aumentó entre el tres y el cuatro por ciento hasta situarse en los 400 millones de metros cuadrados.
En cuanto al empleo, Zarzoso señaló que el sector está bastante estabilizado y no se esperan muchos milagros para este año. En todo caso, sí que indicó que la reforma eléctrica podría tener consecuencias negativas sobre los puestos de trabajo en algunas empresas.
En cuanto a las reivindicaciones, fueron las habituales. Aparte del rechazo al aumento de la energía, reclamó un plan para fomentar la reforma y rehabilitación de viviendas, que se resuelva «el problema de la financiación» y que las Administraciones cubran los riesgos en exportaciones. Por supuesto, exigieron lo antes posible el Corredor Mediterráneo para llegar de forma más eficiente a su mercado natural.
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