Valencia
El botellón dispara las quejas por ruido, que crecen un 11% en Valencia
«Ribó no garantiza el derecho al descanso que piden los vecinos y asociaciones de barrios como Benimaclet, Patraix, Russafa o Cruz Cubierta», según denuncia el Partido Popular
«Ribó no garantiza el derecho al descanso que piden los vecinos y asociaciones de barrios como Benimaclet, Patraix, Russafa o Cruz Cubierta», según denuncia el Partido Popular
Las quejas relativas a la contaminación acústica realizadas por los vecinos y asociaciones de la ciudad de Valencia han aumentado un 11 por ciento en el periodo comprendido entre el 16 de octubre al 15 de noviembre con respecto al año pasado. Dentro de las denuncias por ruido destacan las relativas al «botellón» que suponen el 31 por ciento, tal y como se desprende del Informe mensual de Quejas, Sugerencias, Reclamaciones y Relaciones con el Síndic de Greuges hecho público ayer.
Este documento, que obliga al Ayuntamiento a emitir informe al respecto, constata que el incremento de las quejas en general «es una tendencia que se sigue consolidando en cada uno de los informes mensuales del presente año, y se ha incrementado en un 33 por ciento en relación al mismo periodo del año anterior, hecho que debemos de valorar como un claro indicador de deficiencia en la gestión y termómetro de valoración social», según denunció el grupo municipal popular.
A juicio del PP, las cifras relativas a la contaminación acústica y al fenómeno del «botellón» reflejan «falta de capacidad del alcalde Joan Ribó para garantizar el derecho al descanso que solicitan los vecinos y asociaciones de barrios como Benimaclet, Patraix, Russafa o Cruz Cubierta, por citar algunos, pero no son todos los barrios que sufren el problema y que lo exteriorizan a través de concentraciones ciudadanas y de quejas ante esta comisión, sino que hay más».
El concejal popular Vicente Igual denunció también que desde su grupo han intentado que el informe que se eleva a la Comisión Permanente especial de Sugerencias y Reclamaciones sea completo, ya que «no se computan gran parte de las peticiones que presentan los vecinos y se derivan directamente a los servicios, ocultando no solo ya las peticiones a los grupos de oposición, en contra del principio de transparencia, sino lo que es más grave aún, que no se garantiza ni tan siquiera la contestación técnicamente motivada que merecen los ciudadano».
Por todo ello, «la dejadez en la gestión y desprecio a los vecinos por parte del alcalde Ribó, unido a la falta de transparencia, es cada vez más evidente en su balance», criticó al respecto Vicente Igual.
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