El único debate a siete escenifica un cuatripartito de izquierdas contra el PP

La Junta Electoral obligó a última hora de la mañana a admitir a la candidata de UpyD en el debate organizado por el grupo Editorial Prensa Ibérica. Este elemento, unido al hecho de que el formato tenía bloques de intervención libre, convirtieron al último confrontamiento público que tendrán los candidatos a la Presidencia antes de las elecciones en un debate donde se vieron más claramente que nunca los posibles pactos de Gobierno.

Únicamente Ciudadanos y UPyD abrieron la puerta a dar su apoyo al PP, eso sí, ambos coincidieron en que no formarán parte de un Gobierno a no ser que no sean la lista más votada. El resto de partidos, reiteraron su negativa a alcanzar cualquier acuerdo con los populares.

Sin embargo, entre ellos también quedó patente que no quieren compartir votos y PSPV, EU, Compromís y Podemos trataron sin demasiado éxito de presentar un programa destinado a atraer a un mismo votante.

El candidato a la Generalitat por el PP, Alberto Fabra, habló mucho de empleo y de recuperación económica. Sin embargo, su discurso no convenció y el resto, especialmente las fuerzas de izquierda, centraron sus discursos en dibujar una Comunitat muy distinta. «La mejor política social es la basada en disminuir impuestos, reducir la Administración y crear empleo», defendió Fabra.

Por primera vez se vio un enfrentamiento entre UPyD y Ciudadanos. Alicia Andújar y Carolina Punset, se echaron en cara quién tiene mayor dependencia de sus centrales. Andújar preguntó a Punset si también consultarán a Barcelona los Presupuestos de la Generalitat, tal y como ha ocurrido con un pacto contra la corrupción suscrito el pasado lunes por el resto de fuerzas políticas, y esta aludió a que ellos únicamente tienen que consultar a la «gran lideresa» de UpyD, Rosa Diez.

Ximo Puig (PSPV) no introdujo novedad alguna. Manifestó que la Generalitat debe contar con un presidente digno e insistió en que lo único malo para la Comunitat sería el continuismo del PP frente a un cambio liderado por los socialistas.

De nuevo, Ignacio Blanco (EU) fue el más agresivo. Interpeló en varias ocasiones a Fabra sobre el caso Imelsa y también tuvo que ser llamado al orden por el moderador en varias ocasiones para que respetara el turno de palabra.

Para no ser menos, Oltra (Compromís) se enzarzó en una disputa dialéctica con Fabra por no haber recibido información de los gastos de su viaje a una la final de Roland Garros, en París, que disputó el tenista alicantino David Ferrer.