Iñaki Zaragüeta
La que se puede liar
La defensa de Francisco Camps, se plantea llamar a declarar a todo el «clan Villarejo» en la nueva pieza del caso «Gürtel» que la Audiencia Nacional ha abierto como consecuencia de las declaraciones de Álvaro Pérez «El Bigotes» y Ricardo Costa, trasladando la responsabilidad de sus acciones al ex presidente valenciano, quien en su día ese mismo tribunal se limitó llamarlo como testigo. Este cambio sorprendente podría adquirir dimensiones más espectaculares al desvelarse las confidencias del entonces comisario Villarejo en las que contó, según publicó «moncloa.com», haber quedado en 2008 con Baltasar Garzón, entonces juez, para departir sobre la trama Gürtel, justo la víspera de que el magistrado admitiera a trámite ese caso.
Con Villarejo podrían ser llamados los comensales de aquella jornada en el restaurante Rianxo de Madrid: Gabriel Fuentes, Juan Antonio González, a la sazón comisario general de Información, y José Luis Olivera, jefe en aquella época de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales, conocida como UDEF. Al parecer, la hoy ministra Dolores Delgado y el propio Garzón, también asistentes a aquella comida, ya se habían marchado cuando Villarejo largó tales revelaciones. Cabe preguntarse si también sería solicitada su comparecencia. Fácil imaginar la convulsión de semejante escenario en la sala, dándose la circunstancia de que, en la condición de testigos, estarían obligados a decir la verdad. Es muy probable que quienes se alegraron al conocer la apertura de una nueva pieza contra Camps, sientan ahora otro cosquilleo. Dicho esto, ¿qué sorpresas nos depararán en el futuro las grabaciones del ex comisario, si tan solo una sentada culinaria provoca tales escándalos. Así es la vida.
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