Comunitat Valenciana

Los decibelios falleros, un riesgo evitable para el bebé

Los ambientes ruidosos pueden dañar su oído. Lo recomendable es usar orejeras o gorros y mantener una distancia de seguridad

Si hay un nivel de ruido elevado, producirá estrés al bebé, que no entenderá de dónde viene el ruido y se pondrá a llorar. Ningún padre o madre es indiferente al llanto de su hijo
Si hay un nivel de ruido elevado, producirá estrés al bebé, que no entenderá de dónde viene el ruido y se pondrá a llorar. Ningún padre o madre es indiferente al llanto de su hijolarazon

Los ambientes ruidosos pueden dañar su oído. Lo recomendable es usar orejeras o gorros y mantener una distancia de seguridad

En fallas los niveles de decibelios son muy elevados. Por ejemplo una mascletá puede sobrepasar los 120 decibelios y producir en consecuencia lesiones graves en el oído como perforaciones de tímpano o pérdidas de audición. Circunstancia a considerar cuando de niños se trata, al tener estos el órgano de la audición mucho más sensible.

Asimismo la exposición a un ruido nos produce una situación de sobresalto, miedo, nerviosismo incluso estrés. En el caso de tratarse de un bebé la impresión es aún mayor si cabe, ya que este no es consciente de la causa ni de la procedencia del ruido, no sabe de dónde proviene y por ello es normal que se sienta asustado. En consecuencia, su ritmo cardíaco, respiratorio y tensión muscular aumentan y se produce el llanto.

El exponer a un niño a un ambiente ruidoso puede tener secuelas, si se trata, no tanto del nivel alto de los decibelios con el que debemos convivir estos días de fallas, sino de unos niveles de decibelios altos mantenidos durante un tiempo prolongado, que son los que más daño pueden hacer a los pequeños. En fallas, cuando el ruido puede llegar a los 120 decibelios, si exponemos al bebé a estos niveles tan altos se asustará, y se sentirá estresado, lo que le producirá el llanto. Ningún padre o madre es indiferente o se mantiene pasivo ante el llanto de su bebé por mucho que le lleguen a gustar las fiestas de fallas. Por ello es recomendable mantener una distancia de seguridad si vas con bebés, para evitar así riesgos innecesarios y poder disfrutar todos de estas fiestas.

Aún con todo, ten en cuenta que el oído ante ruidos muy fuertes tiene un sistema de protección natural, comprimiéndose una parte del oído interno (cóclea) para de este modo atenuar los sonidos en un ratio de 3 a 1. Es decir, de cada 3 decibelios deja pasar solo 1. Pero aun y así, la cóclea es frágil, ¡hay que protegerla! Y la de los más pequeños más aún. Los ruidos hasta 80 decibelios no suponen riesgo alguno para nuestro oído, sin importar el tiempo que dure la exposición. Por encima de 80 y hasta 90 decibelios está el límite sobre todo ante exposiciones de larga duración. Es por encima de 115 decibelios cuando el oído está en peligro y ruidos incluso muy breves pueden provocar daños permanentes de forma inmediata. Es importante proteger la audición de los más jóvenes estos días de fallas, donde las mascletás y castillos de fuegos están por toda la ciudad. Mi recomendación es evitar ruidos que sean «demasiado altos» y estén «demasiado cercanos» o que duren «demasiado tiempo», donde haya un nivel de decibelios muy alto no es un lugar recomendable ni adecuado para los niños, mi sugerencia es además de guardar una distancia de seguridad adecuada, usar dispositivos de protección en los niños (orejeras, gorros) que puedan amortiguar los ruidos de los petardos y evitar que las células sensoriales sufran como consecuencia daños quizás irreparables.

Pueden enviar sus preguntas a consultalactancia@larazon.es