Iñaki Zaragüeta
Más convulsión en sanidad
La consellera de Sanidad, Carmen Montón, no puede quejarse de su protagonismo permanente en la política valenciana. Su decepción de no ser ministra del soñado Gobierno Pedro Sánchez lo ha compensado con las convulsiones derivadas de su Departamento. Da igual que sea por un maleducado relevo en la Conselleria en el minuto primero, que por la obligada dimisión de una de sus secretarias autonómicas, o por la permanente batalla librada contra todo lo que huela a empresa privada. Como se murmura en las altas esferas político-empresariales: Compromís cuenta con dos carteras más en el equilibrio del Ejecutivo de Ximo Puig. Una es ella.
El lío proviene de la adjudicación del mantenimiento integral de los hospitales públicos, respecto a la que se anuncian impugnaciones por la sensación de haberse aplicado criterios aleatorios perjudiciales para las empresas valencianas «no se trata de ser injustos con las de fuera, sino justos con las nuestras».
Esos servicios estaban adjudicados a firmas valencianas en torno al cincuenta por cien. Ahora solo uno de los 18 lotes ofrecidos. Dicen que no pasa en ninguna otra Comunidad, mucho menos en Cataluña, donde para acceder a concursos -un montante de 104 millones de euros- tienes que haber cotizado allí al menos cuatro años.
En fin, Montón no tiene que preocuparse por ser protagonista. Con dejarse llevar, es suficiente para estar en el candelero. Ahora bien, debería tener en cuenta que no es lo mismo el estrellato que el estrellazo. Así es la vida.
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