Educación
«Queremos ser una voz que sensibilice y comprometa a los agentes educativos»
Entrevista a Yolanda Ruiz Ordóñez _ Directora de la Cátedra Abierta Scholas Occurrentes
Entrevista a Yolanda Ruiz Ordóñez _ Directora de la Cátedra Abierta Scholas Occurrentes
La Cátedra Abierta Scholas Ocurrentes de la Universidad Católica de Valencia (UCV) celebra del 10 al 12 de abril su II Congreso Internacional, bajo el título «Pacto educativo y ciudadanía global. Bases antropológicas del Bien Común». El congreso se desarrollará en la sede de Santa Úrsula del Campus de Valencia y está dirigido a alumnos y profesores de la UCV y de otras universidades; sacerdotes, religiosos, laicos, educadores y agentes de pastoral; investigadores del ámbito educativo, religioso, social, económico o cultural; y, en general, cualquier persona interesada en la educación.
-¿Con qué motivo se organizan estas jornadas?
-La finalidad del congreso es abordar un tema que en España lleva varios años en el debate público pero sin resolución hasta ahora, como es la necesidad de un pacto educativo que siente unas bases estables y definitivas para el sistema educativo. Queremos ser una voz que sensibilice y comprometa a los agentes educativos para que nuestros jóvenes lleguen a ser personas maduras e íntegras con incidencia social y pública. Quien se sienta interesado a reflexionar sobre esta problemática, está invitado a participar en este congreso.
-¿Cuál es el objetivo de la Cátedra Scholas UCV?
-La intención de la Cátedra Scholas UCV es facilitar un espacio de encuentro entre diferentes instituciones educativas (universidad y centros escolares), proponer nuevos paradigmas educativos que fomenten la ciudadanía activa y la participación social, y presentar la propuesta educativa del Papa Francisco en el marco del humanismo cristiano y de la cultura del encuentro.
-¿En qué se basa la propuesta educativa del Papa Francisco?
-Se basa en humanizar la educación. Scholas es un espacio que promueve en la comunidad educativa, y especialmente en los jóvenes, estilos de vida que les permitan intervenir sobre la realidad para transformarla desde un modelo sustentado en el humanismo cristiano. Es una propuesta que responde ante los retos de una sociedad líquida, ayudando al crecimiento en capacidades y competencias comunitarias de nuestros niños y jóvenes porque ellos son el presente. Plantea nuevos métodos de trabajo y proyectos integradores marcados por la cultura del encuentro, la cultura de la paz, la inclusión, la solidaridad, la justicia social, el fortalecimiento de vínculos y el diálogo. Los centros educativos tenemos el reto de «salir» de nosotros mismos, tendiendo puentes y trabajando en red.
-¿Qué le pide a los partidos políticos? ¿Qué soluciones efectivas y reales se podrían poner en marcha?
-Les pediría que la educación fuera el primer tema de interés en su agenda política y que actuaran desde la prudencia, la justicia, la sabiduría y la templanza. Las soluciones no pueden ser efectivas si no tienen en cuenta el diálogo y el consenso. La realización de cambios inmediatos y a corto plazo en la educación no creo que sea la solución. Hay que pensar profundamente en las futuras generaciones y por tanto, en cambios y propuestas de hondura, y a largo plazo.
-¿Qué importancia tiene hoy en día la educación de la religión en las aulas?
-La religión es esencial en las aulas y en la vida pública. Es imprescindible para nuestros alumnos si pensamos en una sociedad con futuro porque además de contribuir a la madurez y al crecimiento de la persona, permite actuar no desde los propios intereses, sino desde el principio del bien común. Por eso en la vida civil, la religión y las creencias son elementos básicos. No se puede organizar el sistema educativo al margen de la religión. En este sentido, quiero también destacar la importancia de respetar la Constitución y la libertad de educación.
-¿Cómo ha evolucionado el sistema educativo en los últimos años y hacia dónde cree que se dirige?
-Actualmente en la educación nos encontramos con nuevos modos de educar apoyados en innovación metodológica y tecnológica. Nadie duda del desafío que la tecnología plantea ante un mundo globalizado y cosmopolita. Las redes y la competencia digital condicionan el planteamiento educativo. Todos estamos conectados, pero no comunicados. La educación en saberes instrumentales es muy importante. Sin embargo, no se pueden obviar otro tipo de saberes que eduquen para la virtud. Recordemos que los profesores y maestros tenemos que educar la fragilidad de una voluntad que está creciendo. Como consecuencia de esa fragilidad no educada aparecen problemas muy serios en nuestros jóvenes: adicción tecnológica, «bullying», «ciberbullying», suicidio, etc.
-¿Qué hacer entonces?
-Ante esta situación tan desconcertante, Scholas propone un nuevo paradigma educativo que ponga en valor la antropología. Es esencial volver a las raíces de la persona. Nuestras líneas prioritarias son acoger las heridas de los jóvenes, acompañar sus procesos para que inicien un camino de sanación, y fortalecer sus relaciones personales para que establezcan vínculos consistentes. Actuamos desde una visión global con elementos educativos tan potentes y universales como el arte, el deporte, el juego, y por supuesto, la tecnología. Para Scholas educar es integrar armónicamente los tres lenguajes: cabeza, corazón y manos. Como dice el Papa Francisco: que una persona piense lo que siente y lo que hace, sienta lo que piensa y lo que hace, y haga lo que siente y lo que piensa.
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