Iñaki Zaragüeta
Reencuentro con Joan
La nostalgia y la alegría son sentimientos que nunca debería perder
La nostalgia y la alegría son sentimientos que nunca debería perder
Andaba la noche del domingo por Rocafort limpiando mi conciencia de las consecuencias de un excelente marmitako bien regado, cuando Joan Aguilar «Juanito» ¡cómo se conserva de bien el tío! me lanzó un grito y me entregó a la alegría y a cierta nostalgia. Sentimientos que nunca hay que perder.
¿Quién es «Juanito? Valenciano y valencianista. El dueño de la peluquería, un profesional como la copa de un pino, una persona como Dios manda y cuyo reencuentro me llevó a los recuerdos. Como el de la sorpresa que llevó cuando, la mañana del 22 de septiembre de 1983, le comenté que me casaba esa misma tarde. ¿Y cómo te haces este corte de pelo?, dijo entre el asombro y el reproche. «Ya ves» repliqué.
Al rememorar aquella jornada, recapitulé que, tras el llamativa pelada, fui a jugar squash con Manolo Rivas al «Squash Racket Club», propiedad de Federico y Emilio Pérez Pascual. Dos personas que me dieron un extraordinario recibimiento en Valencia a donde había llegado doce meses antes. Ni el club existe, ni ellos podrán leer estas líneas por la maldita dama de la parca. La comida en el Club de Campo Santa Bárbara con mis padres, a los que recuerdo cada día, mis suegros, hermana, cuñados y la mujer con la que vivo y sigo queriendo desde entonces.
Por la tarde y noche de plenilunio, la boda y más de 33 años de valencianía y más alegrías que sinsabores. Mereció la pena. Lo escribo para quien le interese. A mí, sí. Como alguien dijo «no recuerdo todo lo que siento pero si siento todo lo que recuerdo». Así es la vida.
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