Ribó perseguirá el aparcamiento irregular en Mestalla y propone «buses lanzadera»

El alcalde de Valencia, Joan Ribó, abordó ayer asuntos folclóricos y lanzó al aire un par de propuestas que prometen herir las sensibilidades de taurinos y futboleros. A los amantes de los toros les anunció que si la plaza de la capital, que ahora gestiona la Diputación, pasa a manos del Cap i Casal, se acabaron las corridas. «Mientras yo sea alcalde no se dedicarán recursos a este asunto». Como también se pondrá fin en 2016 a la «práctica detestable» de los «bous embolats» que se celebran en varias pedanías de la ciudad. «Hay que empezar a trabajar en la defensa y el respeto a los animales», sentenció.

En cuanto a los aficionados al deporte del balompié, van a tener que buscar un medio alternativo al coche para llegar al estadio del Mestalla, pues al Ayuntamiento, y a los vecinos, nos les gusta nada tener vehículos aparcados en aceras, pasos de cebra y salidas de vado. Como alternativa, el primer edil propone facilitar autobuses lanzadera que transporten a la afición desde los aparcamientos disuasorios (en el extrarradio de la ciudad) al campo «che». «Estamos buscando ‘parkings’ alternativos para aquellos que no pueden usar el transporte público, así como los ‘transfers’ necesarios para llevarlos hasta allí. Pero lo que está claro es que ser aficionado del Valencia C.F. no exime del cumplimiento de las normas de tráfico». Al respecto, contó que «se han dado casos de que no han podido entrar ambulancias o servicios de seguridad. Y eso no se puede permitir».

Estos solo fueron dos de los anuncios que el alcalde realizó en el programa «Hoy por Hoy. Locos por Valencia» de Radio Valencia, donde también avanzó la posibilidad de convertir en huerto urbano, de manera temporal - «durante dos, tres o cuatro años»- el jardín previsto para la ampliación del Botánico.

Referente a la posible peatonalizar del tramo más céntrico de la calle San Vicente, declaró que el plan queda supeditado a la puesta en marcha del «parking» del Mercado Central, así que hasta que no esté operativo y siempre que se garantice la conexión para repartidores y negocios, no se pondrá sobre la mesa la idea de «si no una peatonalización total, sí de una restricción de paso» limitada a autobuses y taxis.

Habló también de las «restricciones estatales y el corsé» impuesto por el Gobierno central que impiden al Ayuntamiento, y a la anterior Administración de Rita Barberá, según admitió, les impiden hacer todo lo que quisieran.

A preguntas de los oyentes, alertó de que si las bicicletas van a una velocidad temeraria o circulan por el carril bus, habrá multa y que, de momento, no habrá más licencias para nuevas terrazas.