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Rosario Raro, escritora: «Nuestra influencia hoy son las series, no hacemos literatura genuina»

La castellonense acaba de publicar «Desaparecida en Siboney

La escritora castellonense Rosario Raro
La escritora castellonense Rosario Rarolarazon

Rosario Raro (Segorbe, 1971) saltó a la primera línea de la literatura en nuestra lengua con «Volver a Canfranc» y «La huella de una carta». Hoy, con «Desaparecida en Siboney», la castellonense pretende hacer gala de su estilo gráfico y visual a través de una novela nacida a partir de una profunda investigación. Una historia que ocurrió verdaderamente a finales del siglo XIX entre Cuba y Barcelona, en la que las disputas, la muerte, la traición y hasta el amor tienen cabida, y que ahora ve la luz tras más de siglo y medio de silencio. Atiende a LA RAZÓN Comunitat Valenciana en un céntrico hotel de la capital levantina, todavía emocionada por la cantidad de medios de comunicación interesados en esta apasionante historia, tan intrigante como tristemente real. Será porque este título, que ya es un éxito en las librerías, tiene tanto de literatura como de periodismo de investigación.

-Más que una investigación, detrás de esta novela hay un trabajo periodístico.

-Y detectivesco. Hay que indagar y confrontar los datos con la realidad, contrastar fuentes... A mí me interesó saber que de algunos archivos públicos se había sustraído documentos para que no se supiese el origen de la fortuna de algunas familias.

-¿Cómo se relaciona la ficción y la realidad en esta historia?

-Entre la realidad y la ficción se crea un mundo nuevo. Esta novela no es ni lo uno ni lo otro, pero tiene componentes de los dos. En la nota de autora pongo las cartas boca arriba, para que el lector sepa qué me he inventado y qué es real. Todo lo que son hechos históricos han sido respetados. Las tintas las he cargado en los personajes, aunque también son reales.

-Lamentablemente, la esclavitud sigue siendo un tema de actualidad.

-Así es. Hay 40 millones de esclavos hoy en el mundo. Me interesan historias del pasado que no sean capítulo cerrados. Que se proyecten sobre el presente. Las consecuencias las seguimos sufriendo. Si pensamos en las condiciones en las que trabaja la industria textil en Asia, o en las personas que son captadas por mafias para explotarlas sexual o laboralmente... Nuestros telediarios están llenos, por desgracia, de este tipo de noticias.

-¿En qué momento literario se encuentra?

-Con «Volver a Canfranc» crecí como escritora. Hubo un antes y un después. Con «La huella de una carta» crecí como persona. «Desaparecida en Siboney» es la confluencia entre ambas cosas. Estoy muy satisfecha del resultado. El mérito es de la historia, que es inquietante y real. Yo solo la he trasladado al papel. Espero que esta historia conmueva al lector.

-¿Veremos esta novela en pantalla?

-Siempre me han dicho que tengo escritura muy cinematográfica. Realmente no es que sea una intención para que se adapte, sino que yo quiero que mis novelas sean muy visuales, que el lector se sitúe. Como lectora no me gustan mucho las descripciones largas, prefiero la acción. En ese sentido, sí que se han interesado varias productoras por mis obras. Nuestra influencia hoy son las series, no podemos decir que hacemos literatura genuina. Me interesa todo lo transmedia. Las historias más allá del soporte.

El detalle

Cuando Raro asegura que su obra es muy visual da en el clavo. «Volver a Canfranc», su gran título hasta la fecha, enamoró a la productora Diagonal TV, que adquirió sus derechos para poder adaptarla y emitirla en pantalla. El cine ya no es el principal objetivo de esta consagración gráfica, sino el fenómeno de las series.