Valencia

Un cambio de calles sin sensibilidad

La Razón
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Vicente Ferrer debería haberse tenido en cuenta. Por mí, también, Emiliano Zapata

Ni una sensibilidad social en el gran logro del Ayuntamiento de Valencia, regido por la izquierda radical, al realizar 51 cambios de nombre a otras tantas calles de la capital, cambios en los que abundan el ansia de venganza, el rencor y, quizá, alguna dosis de frustración.

Lo digo que puestos a valencianizar nuestro callejero, podían haber reconocido a uno de los valencianos más ilustres y que más prestigio nos da, incluso después de su muerte, como sociedad comprometida. Me refiero Vicente Ferrer. No al santo del siglo XIV, sino al que entregó su vida en Anantapur (India) en favor de los más necesitados, la prevención y el tratamiento de enfermedades, la infancia, las mujeres maltratadas, la agricultura, los microproyectos...».

Puestos a traspasar nuestra fronteras ¿por qué no a una figura legendaria? el mexicano Emiliano Zapata, uno de los libertadores de aquel país, líder militar y campesino. «Ideólogo de su tiempo e impulsor de las luchas sociales y las demandas agraristas, así como de la justicia social, libertad, democracia social, propiedad comunal de las tierras y respeto a las comunidades indígenas, campesinas y obreras de México, víctimas de la oligarquía y el latifundismo de los hacendados del Porfiriato».

De paso y ahora que esta de moda, el hermanamiento con su pueblo natal, Anenecuilco (Morelos).

A la primera se suman, seguro, millones de valencianos. A la segunda al menos, mis cuates valencianos. Así es la vida.