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Alba López Mendiola: «Botín debería haber muerto en la calle o colgado»

Alba López Mendiola: «Botín debería haber muerto en la calle o colgado»
Alba López Mendiola: «Botín debería haber muerto en la calle o colgado»larazon

Ante su posible nombramiento, la 21 de Carmena cerró ayer sus redes sociales plagadas de comentarios polémicos.

La comprometida situación en la que ha quedado el ya ex concejal de Cultura y Deportes Guillermo Zapata, así como la polémica que rodea a Pablo Soto, delegado de Participación Ciudadana, suscitaron ayer el interés alrededor de cuál es el «banquillo» de Ahora Madrid. ¿Quién entraría en el Pleno de Cibeles si finalmente Zapata o Soto dejan su acta de concejal? La lista de confluencia ciudadana logró 20 concejales el 24-M y, por tanto, la señalada como primer recambio es la número 21 de la lista: Alba López Mendiola. Cuando se presentó a las primarias de Ahora Madrid, aseguró que ella empezó a interesarse «por el activismo a raíz de las manifestaciones laicas contra la imposición de una religión en las aulas y en las instituciones». Luego, se sintió atraída por el 15-M: «Desde entonces no he parado de formarme en ello gracias a los movimientos sociales en los que participo: las plataformas contra los desahucios y por la vivienda pública y social, la Red de Solidaridad Popular, las Marchas de la Dignidad, las nuevas perspectivas que me aportaron las asambleas feministas y LGTB». Un perfil similar al de muchos de sus compañeros de partido pero que poco tiene que ver con la biografía de su perfil de Twitter: «Bollera, camionera, desviada, leñadora. Feminazi. Doctorada en el arte de quejarse. Intento de marxista-leninista. Proyecto de socióloga. En las filas de UJCE (Juventudes del Partido Comunista)». A lo largo de la mañana de ayer, los rumores en torno a una posible renuncia por parte de Zapata a su acta de concejal situaron a Alba López en el centro de la polémica. Si salía Zapata del Cibeles, entraba ella. Inmediatamente, las redes sociales se hicieron eco de algunos de los polémicos comentarios que esta militante de Ahora Madrid había realizado en el pasado a través de sus cuentas en Twitter y Facebook. Ambos perfiles eran públicos, pero López decidió a lo largo del día cerrar su Twitter y bloquear su Facebook.

Uno de los comentarios que más eco tuvieron fue el que realizó tras el fallecimiento del presidente de Banco Santander: «Emilio Botín no debería haber muerto en la cama, sino en la calle o colgado, como aquellas personas que se suicidan al ser desahuciadas por su banco. Otro más que se va de rositas sin pagar sus crímenes».

Tampoco faltan en estos comentarios palabras de halago hacia los regímenes de Cuba, Corea del Norte y Venezuela y críticas y burlas hacia Izquierda Unida: «Cada dimisión en IU, chupito. Cada baja de militancia, cubata. Que empiece el juego». Aunque, sin duda, el blanco favorito de sus ataques en internet son los agentes de Policía. Los califica de «brazo fascista del sistema» y de «ratas de mierda» y asegura sentir «cada vez más asco y rabia hacia esto que, aún sabiendo que no son más que mercenarios, te sorprenden en cada desahucio con un nivel de crueldad inhumana». Con ocasión de otro desahucio, dirige una amenaza hacia los policías: «Del desahucio de hoy sólo puedo decir una cosa: que pocas balas se han comido estos mercenarios de mierda a lo largo de su vida. Algún día pagaréis caro todo esto». No es la única que carga contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que, hasta ahora, nunca han sido del agrado de los miembros de Podemos. La número dos de la formación de Pablo Iglesias en la Asamblea de Madrid, Lorena Ruiz-Huerta, fue denunciada por la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) tras realizar unas controvertidas declaraciones en un programa de televisión, donde aseguraba que, en «el 90 por ciento de los casos», existen agresiones a los detenidos por policías y guardias civiles. La AUGC denunció a la abogada y ahora diputada madrileña el pasado mes de junio por si estas declaraciones pudieran ser constitutivas de un delito de calumnias. El Juzgado de Instrucción número 48 de Madrid admitió a trámite la querella un mes después.