Ayuntamientos
Carmena allana la vía para que los «sin papeles» se regularicen
Se dará a quienes lleven seis meses y servirá para abrir una cuenta y para obtener becas remuneradas madrileños de doce distritos tendrán que acomodar un contenedor marrón.
Se dará a quienes lleven seis meses y servirá para abrir una cuenta y para obtener becas remuneradas madrileños de doce distritos tendrán que acomodar un contenedor marrón.
Los inmigrantes «sin papeles» que vivan en Madrid tendrán más facilidades para regularizar su situación gracias a la tarjeta de vecindad que repartirá el ayuntamiento de Madrid a partir de julio. Esta tarjeta, emitida por un organismo oficial, como es el Ayuntamiento de la capital, servirá para acreditar la permanencia en España de un inmigrante de tal manera que, al cabo de tres años, podrá regularizar su situación por «arraigo social» y conseguir sus papeles, una vía excepcional que contempla la Ley de Extranjería.
«Hasta ahora, demostraban su permanencia a través de facturas del dentista, del envío de remesas a sus países de origen o con facturas de servicios contratados, pero el hecho de tener un documento oficial del Ayuntamiento va a ser más útil», explicó a LA RAZÓN Vladimir Paspuel, presidente de la asociación de ecuatorianos Rumiñahui.
El Ayuntamiento quiso ayer apuntarse al «efecto Aquarius» anunciando los supuestos beneficios que ofrecerá la tarjeta de vecindad que incluyen la posibilidad de disfrutar de servicios municipales de salud, deportivos o culturales. Así, podrán tener acceso a bibliotecas, polideportivos e incluso becas de formación remuneradas por la Agencia para el Empleo del Ayuntamiento de Madrid.
No obstante, en este último caso, sólo podrán acceder los que no vayan ligados a un trabajo ya que el Consistorio no tiene competencias en este ámbito, sino el Gobierno, y para ello se necesita tener los papeles en regla. Marta Higueras, la delegada de Equidad, Derechos Sociales y Empleo (Ahora Madrid), junto con la portavoz del PSOE, Purificación Causapié, aclararon ayer que, para que los inmigrantes puedan cobrar estos cursos, pese a no tener papeles, sólo necesitan que estas personas puedan avalar una «cierta identidad», con lo que servirá la mencionada tarjeta, que sirve para empadronarse.
¿Quién podrá conseguirla? Las personas sin documentación que demuestren que llevan seis meses viviendo en Madrid
¿Cómo? Hay varias vías: podrá tramitarse pidiendo cita para empadronarse (un trámite que se consigue con facilitar un lugar de residencia durante los últimos seis meses que puede ser la factura de una habitación de hotel o un recibo del propietario de un piso); si demuestra que ha recibido atención de los Servicios Sociales del Ayuntamiento; o también podrán obtener este documento en las sedes de varias asociaciones que trabajan con colectivos de inmigrantes si completan un documento acreditativo de que conocen a estos inmigrantes desde hace seis meses.
El Ayuntamiento quiere que la tarjeta sirva también para tramitar el abono transporte. Por eso hará la propuesta al Consorcio de Transportes.
Lo cierto es que si ahora no se sabe con exactitud cuantos inmigrantes viven en Madrid sin la documentación en regla, el Ayuntamiento tendrá a partir de ahora una idea más aproximada a la realidad de la bolsa de personas en situación irregular que vive en la capital.
Los responsables municipales van aún más allá y están dispuestos a pedir una regularización extraordinaria al Ministerio del Interior para que los inmigrantes sin papeles que cursen de manera satisfactoria los cursos becados por la agencia Municipal de Empleo en los que se hayan inscrito. También quieren que la tarjeta sea un elemento disuasorio para los jueces de manera que, antes de dictar una orden de expulsión, valoren el arraigo del inmigrante. Asociaciones de inmigrantes valoraron ayer de forma positiva la medida porque lo interpretaron como «una cuestión simbólica de acogida por parte de nuestra autoridad local y sentirse acogido es importante», explicó el presidente de la asociación de inmigrantes ecuatorianos Rumiñahui.
Marcelo Belgrano, coordinador de los servicios de extranjería del Colegio de Abogados de Madrid, valoró la iniciativa municipal como «un pequeño paliativo para las personas que, en realidad, no les resuelve la vida. Es como si los inmigrantes que están a la deriva en un barco en el Mediterráneo consiguen llegar a un puerto».
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