Cifuentes insiste ante la jueza: hizo el máster y defendió el TFM

La expresidenta de la Comunidad de Madrid declara ante la jueza que investiga el caso de su máster en los Juzgados de Plaza de Castilla, tras evitar a su llegada a los medios de comunicación

La ex presidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes no se desvió ayer un ápice en su declaración judicial de lo que había manifestado públicamente a su famoso «máster en Derecho Público del Estado Autonómico» de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), es decir, insistió en que realizó todos los trabajos, el director, Enrique Álvarez-Conde, –su interlocutor ante el profesorado– le autorizó a no tener que asistir a clase y defendió el Trabajo Fin de Máster (TFM). Todo, según insistió, fue absolutamente legal. Al finalizar su comparecencia ante la magistrada de Madrid Carmen Rodríguez Medel, que se prolongó por espacio de hora y media, su situación procesal no sufrió ningún cambio y permanece como investigada (imputada) de los delitos de cohecho impropio, prevaricación administrativa y falsedad documental. Cifuentes llegó a la sede judicial de Plaza de Castilla en vehículo oficial y entró por el garaje, evitando, de esa manera, la presencia de los medios de comunicación, abandonando la misma por el mismo lugar.

En su declaración contestó a todas las preguntas que le realizaron tanto la instructora de la causa como la Fiscalía y su propia defensa –las demás partes personadas no le formularon ninguna cuestión–. Todas las preguntas giraron en torno a las mismas cuestiones, si cursó todas las asignaturas, si realizó los trabajos exigidos y defendió el Trabajo Fin de Máster. En respuesta a esas preguntas, la ex presidenta de Madrid insistió en que cumplió a rajatabla con todos los requisitos exigidos por la universidad para la obtención del mencionado título de postgrado.

Preguntada por el TFM, aseguró que lo realizó y defendió, pero que no guardaba copia alguna del mismo. Sobre los motivos por los que no dispone de ninguna copia, hizo alusión a que en esa época realizó distintas «mudanzas» y se pudo haber extraviado. Fue en ese momento, cuando la instructora le dijo que si lo encuentra que lo aporte a la causa.

Además, insistió en que el máster le interesaba «mucho» por el contenido de las asignaturas, especialmente por todo lo referente a las competencias autonómicas que tenían, por ejemplo, la Policía.

Otro de los puntos relevantes de su testimonio fue cuando se le preguntó por su relación con Amalia Calonge, quien trabajaba en el departamento de Personal y Servicios de la URJC y quien, presuntamente, modificó las actas para calificar con un 7,5 en una asignatura en la que constaba inicialmente como «NP», es decir, no presentada, e igualmente fue quien, supuestamente, hizo que apareciese con idéntica nota en el TFM de Cifuentes. Una de las dudas que surgen en esta causa, según fuentes jurídicas, es conocer quién le dio las claves para acceder a esa herramienta informática de calificación de las asignaturas, ya que por su status profesional no tenía, en principio, derecho a disponer de ellas. Sobre esta relación, la ex presidenta madrileña aseguró que es amiga de su hermana –trabajaban en la misma institución– pero que ella, en cambio, tiene «muy poco trato» con la citada Amalia Calonge, que sólo la ha visto algunas veces y que, en ningún caso, se puede decir que tienen una relación de amistad.

Por otro lado, la magistrada le interpeló por si tenía algún conocimiento de que anteriormente a ella realizó el mismo máster Pablo Casado, nuevo presidente del PP. Al respecto, Cifuentes afirmó que lo desconocía por completo y que sólo tuvo conocimiento del mismo por la prensa.

La magistrada retomará las declaraciones los próximos 2 y 3 de agosto. El primero de esos días comparecerán como investigados Enrique Álvarez-Conde y el ex rector de la URJC Fernando Suárez Bilbao.