Operación Candy
Dos dibujos de una víctima, claves para detener al pederasta de Ciudad Lineal
Dos dibujos que una de las víctimas del pederasta de Ciudad Lineal trazó a mano alzada de la conocida como "la casa de los horrores", en la que los investigadores creen que se produjeron los abusos, fueron claves para detener al presunto agresor.
Dos dibujos que una de las víctimas del pederasta de Ciudad Lineal trazó a mano alzada de la conocida como "la casa de los horrores", en la que los investigadores creen que se produjeron los abusos, fueron claves para detener al presunto agresor.
Se trata de dos planos dibujados por una de las menores que sufrió agresiones sexuales en el piso donde supuestamente Antonio Ortiz abusó de varias niñas, según consta en el sumario, al que ha tenido acceso Efe.
En el primero de los dibujos aparece la calle y sobre ella el aparcamiento de coches, frente al portal del edificio, dibujado en forma de herradura dado que estaba cerrado por otros dos bloques, lo que provocaba que la zona tuviera el aspecto de una plaza.
Junto a este croquis, la niña describió a los agentes que el edificio era como "medio redondo", con un aparcamiento en medio como para 15 o 20 coches, que estaban separados "del lugar por donde pasaba la gente", con un portal con "barrotes negros".
Ya en el segundo plano, la menor hace un croquis de la entrada del edificio con un pasillo al que se accede tras cruzar el portal, con la portería a la derecha y los buzones a la izquierda, y al final del pasillo los dos ascensores.
Respecto a la descripción de este dibujo, la víctima detalló a los policías que "se entraba por el salón"y que "todo estaba nuevo, pero como vacío", con una puerta corredera en el pasillo por el que pasó para ir a la habitación.
Estas pruebas condujeron a los investigadores al piso de Santa Virgilia en el distrito de Hortaleza, dado que era el "que cumplía la mayoría de las condiciones arquitectónicas"descritas por la niña.
Asimismo, en el sumario del caso se detallan los numerosos vestigios y posibles pruebas que la Policía encontró tanto en el piso de Santander en el que fue arrestado Antonio Ortiz, como en el piso de Madrid en el que vivía con su madre -en la calle Montearagon- y en el de Santa Virgilia.
En el piso en el que residía con su madre, los agentes encontraron unas bragas blancas con flores rosas que por su tamaño son de una menor y por lo tanto podrían pertenecer a alguna de las víctimas, según el atestado policial.
También se localizó una manta color beige con los bordes rosas que podría corresponder con la que describió una de las víctimas, así como un papel de cocina que se recogió para comprobar si es el mismo que fue hallado en el interior del cuerpo de unas menores.
En la vivienda de Santa Virgilia, a la que Antonio Ortiz supuestamente llevó a algunas de las víctimas, se encontraron una veintena de huellas que se ordenaron analizar así como unos setenta vestigios como pelos y restos biológicos.
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