El paripé de Torre Arias

Carmena mantiene cerrada la finca por el mismo motivo que su antecesora: la seguridad.

El Gobierno de Manuela Carmena no ha empezado con buen pie. La polémica por los incendiarios tuits del concejal Guillermo Zapata, la condición de imputada de la portavoz, Rita Maestre, y las críticas de las plataformas antidesahucios por la promesa imposible de cumplir de paralizar los desalojos han ensombrecido la llegada a la Alcaldía de la ex jueza de Ahora Madrid.

Los ediles municipales, que en general han mantenido un perfil bajo, se han propuesto ahora volver a conectar con las plataformas vecinales que movilizaron en campaña para aupar a Carmena. Hasta cinco concejales se desplazaron el domingo a las puertas de la Quinta de Torre Arias y accedieron a su interior acompañados de vecinos de San Blas Canillejas, Barajas, Hortaleza y Ciudad Lineal con pancartas y camisetas en las que se celebraba su apertura al público.

Esta finca fue heredada por el Ayuntamiento de Madrid en 2012 de la última condesa de Torre Arias, Doña Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, que, en sus últimas voluntades, dejó el terreno de 18,6 hectáreas, dotado además de un palacete protegido, al consistorio a condición de que se abriese al público a todos los madrileños. El Gobierno de Ana Botella decidió abrirlo sólo mediante visitas guiadas a grupos reducidos para salvaguardar el patrimonio y por seguridad, ya que las instalaciones están muy deterioradas. Además, inició los trabajos de recuperación y planeó adjudicar mediante concurso público la explotación del palacete, al que se le quiso dar una finalidad educativa. Un Plan Especial contra el que pelearon desde Podemos e IU.

En los 22 días de Gobierno de Carmena nada ha cambiado respecto a Torre Arias. La promesa de abrirlo a los ciudadanos de forma permanente no se ha llevado a cabo. Sin embargo, desde el Ayuntamiento se trasladó ayer a los madrileños la siguiente información: «La Quinta de Torre Arias, recuperada para todos los madrileños». Informó sobre la entrada «simbólica» de cinco concejales y un grupo de vecinos asegurando que «el Consistorio recupera así para todos los madrileños esta finca del siglo XVI y hace realidad una reividicación por la que los vecinos del distrito llevan luchando desde hace años». En la misma circular admite que «se va a retrasar unos meses su apertura definitiva para poder ser utilizada con seguridad». Es curioso que los motivos del Gobierno de Carmena sean los mismos por los que Botella no pudo abrir la finca a todo el público: «La adecuación de las instalaciones para poder ser utilizada con seguridad».