Audiencia Nacional

El profesor de Valdeluz pide al juez que exculpe al director y al jefe de estudios

Su abogado se adhiere a la petición de los directivos del centro para que sean desimputados. El viernes volverá a declarar acusado de seis abusos sexuales

Eustaquio Iglesias, en primer plano y Juan José Cossío
Eustaquio Iglesias, en primer plano y Juan José Cossíolarazon

Su abogado se adhiere a la petición de los directivos del centro para que sean desimputados. El viernes volverá a declarar acusado de seis abusos sexuales

El acusado de una violación, seis abusos sexuales y un delito de exhibicionismo –según el atestado policial elaborado por el Servicio de Atención a la Familia (SAF) de la Brigada de Policía Judicial de Madrid– se ha adherido a la petición del abogado del director y jefe de estudios del colegio Valdeluz (Eustaqui Iglesias y Juan José Cossío, respectivamente) de sobreseimiento parcial y libre de la causa. El abogado del profesor Andrés Díez, Ramón Múñoz, asegura en su escrito remitido al Juzgado de Instrucción número 13 de Madrid, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, que «no se desprenden indicios racionales de criminalidad en la conducta de los señores Iglesias y Cossío, en cuanto a que los hechos que se les imputan han quedado mínimamente acreditados». Es decir que, según el letrado, «no se cumplirían los requisitos exigidos por el tipo penal del delito de omisión del deber de impedir delitos o promover su persecución», un delito tipificado en el artículo 450 del Código Penal.

En la misma línea que el abogado de los directivos del colegio, el letrado de Díez sostiene que «en todo caso, dada la fecha en que las denunciantes afirman que se produjeron los hechos, se produciría la institución de la prescripción», ya que han pasado tres años de lo sucedido. Tal es la «alienación» de ambos letrados que, en su escrito, el abogado de Díez basa su argumento en «los motivos aquí expuestos como en los alegados por la representación procesal» de los profesores, un escrito «al que nos adherimos y ratificamos, dándolo por reproducido en su integridad». El documento, remitido ya a las partes personadas en la instrucción, también deja constancia de la adhesión a la solicitud de una nueva toma de declaración en calidad de imputado de Díez. Asegura que «no hay nadie más interesado en volver a declarar que el propio señor Díez». Su única declaración se produjo dos días después de su detención, el 14 de febrero, y después de la misma el juez decretó su ingreso en prisión provisional, aunque dos meses después se decretó su libertad con cargos. Finalmente, el instructor del caso decidió volver a tomarle declaración el 27de junio.

A pesar del deseo del profesor de declarar y «esclarecer cuanto antes los hechos que se le imputan», la petición para volver a contar su versión de los hechos al juez fue formulada por la letrada de cuatro de las víctimas el pasado 30 de mayo, tal y como publicó este diario. El motivo es que en aquella declaración aún no se conocían nuevas víctimas –denunciaron posteriormente– y, por tanto, no se le preguntó al respecto. El sumario recoge los estremecedores abusos denunciados por las víctimas. Lo que destaca de sus testimonios –algunas mayores de edad en la actualidad– es que varias alumnas coindidieron no sólo en el tipo de tocamientos y en la forma en que llegaba hasta ellos, sino en que, una vez cometido el delito, las niñas se veían incapaces de denunciar los hechos porque «sentían empatía con él», «por temor y vergüenza» o porque «se ganó su confianza». El SAF sostiene que, como es habitual en estos casos, el autor se vale de una relación profesional de superioridad y dependencia docente sobre las menores para amparar su conducta.