Sucesos

El rescate de Erik que casi trunca una jueza de Parla

Los agentes del GEO liberaron al camerunés, que había sido agredido
Los agentes del GEO liberaron al camerunés, que había sido agredidolarazon

La Policía libera a un hombre después de 28 horas secuestrado tras conseguir que la magistrada autorizara la entrada y registro del domicilio.

¿Qué haría usted si sufriera una agresión mientras comete un delito? ¿Y si le roban cualquier cosa ilegal o no le pagan algo pactado a cobrar en «B»? O, la más habitual: ¿cómo le explicaría a la Policía que ha sido estafado con el timo de los billetes tintados tras hacer una entrega de equis kilos de cocaína (los famosos «vuelcos») y ahora los colombianos tomarán represalias contra usted? En estas tesituras se encuentran, más a menudo de lo que creemos, muchos delincuentes y cuando estos timos entre gente del mundo del hampa acaban mal se traducen en agresiones que solemos llamar «ajustes de cuentas».

Algo así fue lo que ocurrió el pasado 2 de noviembre con un ciudadano de origen camerunés llamado Erik. Sus «amigos» o compañeros de banda delincuencial no sabían muy bien cómo actuar ante la llamada en la que les exigían 30.000 euros a cambio de devolverles a Erik vivo. ¿Denunciar un secuestro cuando los captores son una banda a la que has estafado previamente? Así lo hicieron, evitando, lógicamente, explicaciones «irrelevantes» en esos momentos de tensión.

Atado y agredido en un pisoFueron los agentes de la comisaría de Arganzuela quienes recibieron la denuncia, aunque dadas las delicadas circunstancias asumió el caso la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid, perteneciente a la Jefatura Superior de Policía. Los denunciantes comunicaron que un «amigo suyo» había sido secuestrado y aportaron como posible ubicación de su paradero y retención un domicilio de la localidad de Parla, según explicó ayer en una nota de prensa la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Además, antes de llevarle al inmueble de Parla donde permaneció secuestrado más de un día, Erik había sido retenido en su propio vehículo, que se encontraba estacionado en la localidad. Los agentes se pusieron a trabajar y localizaron la dirección exacta del inmueble donde el joven permanecía secuestrado. Se temía por su vida, el riesgo era elevado y se solicitó de inmediato una orden de entrada y registro en el domicilio al Juzgado de Instrucción número 3 de Parla, que se encontraba en funciones de guardia el 3 de noviembre, día en que se liberó al camerunés. La delicada operación policial para salvar a Erik pasó aquí una fase crítica al demorarse en exceso la respuesta del juzgado. A pesar de la argumentación de los investigadores encargados de la operación, el «ok» judicial se dilató a lo largo de toda la tarde, para estupor de los agentes, que no entendían una espera de tantas horas con el riesgo al que se exponían.

La tardanza o la denegación de un registro en vivienda es uno de los conflictos más habituales entre policías y jueces, pero en esta ocasión las cinco horas que, según fuentes policiales, tardó la magistrada en autorizar la entrada podrían haber puesto en serio peligro la vida del camerunés. Finalmente, dado que se trataba de un secuestro, fueron los agentes del Grupo Especial de Operaciones (GEO) quienes irrumpieron en la vivienda a última hora de la noche del día 3 de noviembre, según fuentes policiales. Estuvo 28 horas secuestrado y había sido agredido.

Una vez dentro, comprobaron cómo Erik se encontraba atado y en medio de fuertes medidas de seguridad para evitar su huida. La banda que le secuestró estaba compuesta por dos españoles y dos armenios, según fuentes policiales. En los registros de viviendas de Parla y Talavera de la Reina, los agentes se incautaron de efectos para la elaboración de billetes tintados y un arma de fuego.