Danza
El Royal Ballet recupera los tutús
Cuando «El lago de los cisnes» se estrenó en el Teatro Bolshoi de Moscú en 1876 la función fue desastrosa y el público la recibió de una forma absolutamente opuesta a la actual. En ese momento Tchaikovsky no sabía que su cuento de hadas, desde su representación en el Teatro Mariinski de San Petersburgo hasta hoy, iba a ser uno de los ballets más importantes del mundo. El Royal Ballet presenta una nueva producción del ballet que en Londres ha obtenido un éxito rotundo tanto en crítica como en público. Ahora, la revisión de «El lago de los cisnes», realizada por Liam Scarlett sobre el original de Marius Petipa y Lev Ivanov, llega al Teatro Real de Madrid, siendo la segunda ciudad del mundo, después del Covent Garden, que acogerá al Royal Ballet tras veinte años de ausencia sobre los escenarios. Además, incluye en el tercer acto de la obra la danza napolitana del gran bailarín y coreógrafo Frederick Ashton, que entre otros ha servido de inspiración a Scarlett a la hora de estudiar la evolución del ballet. Hasta la fecha no se ha realizado ninguna versión de esta obra que represente totalmente lo que Tchaikovsky pretendía cuando comenzó a componerlo, ya sea por la cantidad de versiones, manipulaciones y cambios que ha sufrido la misma o por la cantidad de fragmentos que la partitura ofrece para elegir.
El coreógrafo Scarlett ha explicado que, desde antes de comenzar a trabajar con este proyecto y abordar un ballet tan clásico, valorado y conocido, «me he preguntado por la narrativa antes que por la técnica, es decir, la historia y evolución de los personajes y que sus interacciones parecieran reales». «Algunas veces, cuando se levanta el telón, nos vemos catapultados a un mundo extraño que no comprendemos», ha explicado Scarlett, «eso es lo que he querido estudiar previamente, qué motivos hacen que el príncipe busque el lago, qué hay detrás de cada personaje».
Los clásicos, hoy
De hecho, hay algo de personal en esta representación, y es que en el final del primer acto el trabajo de Liam ha hecho posible que la tristeza del personaje del príncipe traslade al espectador al segundo acto de una manera natural, evitando la complejidad que conlleva realizar las transiciones sobre un escenario. Durante tres años, desde que el director del Royal Ballet le realizó el encargo hasta hoy, el coreógrafo ha realizado un estudio completo, no solo viendo vídeos sino también visitando producciones, libros, archivos y valorando qué ha funcionado y qué no, con el objetivo de «honrar estos clásicos y que sean pertinentes actualmente», ha agregado.
La historia de la princesa Odette y el príncipe Sígfrido será protagonizada por los bailarines Marianela Núñez y Vadim Muntagirov, respectivamente, los días del estreno y cierre. El resto de días serán Yasmine Naghdi, Matthew Ball, Sarah Lamb y Ryoichi Hirano, entre otros. La Orquesta Titular del Teatro Real interpretará, bajo la batuta del director musical del Royal Ballet Koen Kessels, la inmortal obra del compositor ruso sobre un escenario ambientado por John Macfarlane. Es el responsable del vestuario y la escenografía de la producción y ha trabajado de la mano de Liam Scarlett recuperando los tutús y con el punto de mira en la narrativa y la vida del baile. «Cada fragmento tenía que tener sentido», explica el coreógrafo, que junto al elenco han pretendido siempre «que alguien que se acerca por primera vez a la obra quede igual de cautivado que el público conocedor».
El Royal Ballet lleva 31 años sin lanzar ninguna producción y ahora se atreve con un clásico tan grande y reconocido como es «El lago de los cisnes». Kevin O’Hare ha asegurado que «ha sido un reto de envergadura, de riesgo pero muy importante para la compañía y para la generación de bailarines que tenemos». Una maravillosa partitura como es la de Tchaikovsky provocó una revolución en el mundo de la composición y de la música de su época y ahora ha abarrotado las butacas de Londres, esperando repetir la experiencia en el Teatro Real de Madrid. La obra del compositor ruso, quien es un «verdadero genio» para Scarlett ha llenado de inspiración y energía a los bailarines que han asumido este desafío a la hora de trabajar y el Royal Ballet espera que tal espíritu se contagie al público español.
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