«Es parte de nuestro barrio y un atractivo turístico»

Los vecinos de Justicia no salen de su asombro e indignación. Consideran «Todo es felicidá» parte de su barrio y de su originalidad y piden a Carmena una solución al expediente que acabará con la obra de Jack Babiloni. Mercedes Hérnandez, gerente de la empresa Castillo del Buen Suceso, que gestiona la propiedad del edificio, afirma que ha presentado un escrito para intentar evitar que se ejecute el expediente de demolición, pero admite que ya tiene la orden judicial. Afirma que las 14 viviendas del edificio «no sólo están acostumbradas ya a las pinturas, que llevan aquí desde 2008, es que les gustan a todos. Nos da mucha pena».

Pero «Todo es felicidá» no sólo gusta a los vecinos que viven tras sus muros. María José, una madrileña de la zona, que pasa por delante del mural de Jack Babiloni, critica que se vaya a llevar a cabo la demolición, sobre todo después de tanto tiempo: «Nos hemos acostumbrado a verlo; forma parte del ambiente de estas calles», explica. También hace especial hincapié en el gasto «innecesario» que va a suponer: «Hay cosas más importantes y urgentes en Madrid en las que gastar el dinero».

Restaurantes y bares de Justicia también se oponen a la desaparición de mural. «Las pinturas del edificio benefician a mucha gente en todos los sentidos, es algo que no se ve en otros lados y le da a esta vivienda, a la calle y al barrio un toque moderno y distinto que además atrae a muchos turistas», argumenta Erick, trabajador del bar Lady Madona, situado enfrente del inmueble de Orellana. Erick asegura que su presencia beneficia al bar, ya que «muchos clientes vienen por él». Xeun, propietario de una cervecería junto al mural, expresa su malestar por el final del mural. «Esas normativas me parecen estúpidas», señala Xeun, al que ya le obligaron a quitar el logotipo de la pared de fuera del bar «porque sobresalía una triza de una de las letras».