Ciudad Real
Estafan 42.000 euros a un anciano de cien años
Son un colectivo vulnerable y, por tanto, presa a cazar para ladrones y estafadores. Pero las personas de avanzada edad también son objeto de robo por parte de personas de su entorno –incluso de su propia familia–, aunque lo más habitual es gente que está a cargo de ellos como ciudadores o limpiadoras. Es el caso de dos víctimas de Arganzuela. El primer caso es un anciano con nada menos que 100 años de edad. Las pesquisas policiales no fueron sencillas porque la familia tardó mucho en denunciar los hechos una vez tuvieron conocimiento de ello. Se percataron del asunto cuando comprobaron que todo el dinero que tenía ahorrado para la residencia se había agotado. No fue un robo puntual, sino prolongado a lo largo de dos años y con varias técnicas, ya que la delincuente se había relajado al ver que no la pillaban. Se trataba de una vecina que tenía mucha confianza con la familia y a veces le hacía algunas gestiones. La mujer, de 56 años, se llevó en total 42.000 euros. María de Gracia Gijón había cambiado claves bancarias, transferencias y finalmente extracciones en efectivo desde cajeros automáticos durante casi dos años. María, la vecina «de confianza», había llegado a sacar hasta 1.000 euros en efectivo algunos días. Pero en lugar de denunciar inmediatamente la estafa en cuanto supieron de la misma, los hijos de la víctima comenzaron a realizar gestiones en los bancos para tratar de resolver el problema e incluso las hijas llegaron a acudir al Defensor del Pueblo para solicitar ayuda. Todo ese tiempo perdido no jugó a favor de la investigación policial. Una vez que el asunto cayó en manos de la Policía Judicial de la Comisaría de Arganzuela se pusieron a estudiar detenidamente cientos de movimientos bancarios y la ubicación de las cartillas de la víctima. Los agentes llegaron a la conclusión de que el 90 por ciento de las extracciones en efectivo fueron desde la misma entidad y por cajeros de la misma zona; cerca del domicilio de la víctima. Además, se comprobó que el dinero había sido transferido a una cuenta de una entidad a otra y que de las dos entidades donde tenía cuentas bancarias, una cartilla había estado custodiada bajo llave y la otra se había quedado en el domicilio de la víctima, lo que llevó a los agentes al convencimiento de que el autor había tenido relación muy cercana con el anciano y se la había robado o él la había prestado de forma confiada.
Tras solicitar la Policía al banco desde el cual habían delinquido que colocara una alerta a dicha cartilla, los agentes dieron con el autor. Aunque ya estaba cancelada la extracción en efectivo, podría intentar hacer algún movimiento. Y así fue. Las imágenes captaron a una mujer que se tapaba la cara pero sus características físicas y su ropa coincidían con una de las vecinas del inmueble. La sorpresa de los familiares fue mayúscula. A María la conocían «de toda la vida» y nunca hubieran sospechado de ella. Los agentes procedieron a su detención y la mujer, natural de Puertollano (Ciudad Real), llegó a reconocer los hechos en sede policial. El caso cayó en el Juzgado de Instrucción número 11 de Madrid.
Los ahorros se esfumaron
El segundo caso, de muy similares características, cayó en el Juzgado de Instrucción número 32 de Madrid. La detenida es Diana León, de nacionalidad colombiana y de 39 años. Es la presunta autora de haber estafado al anciano que le pagaba por realizar las tareas del hogar en su domicilio. El hombre tiene 88 años y en esa ocasión sus familiares actuaron más rápido. Se dio cuenta de que los ahorros de toda su vida se habían esfumado de forma inexplicable y no pudo ni hacer frente a los gastos más cotidianos llegando al punto de tener que irse a vivir con su hijo. Fue este hijo quien denunció los hechos ante la Policía y los agentes comprobaron que había constantes extracciones de dinero. Rastreando su teléfono móvil los investigadores comprobaron que tenía bastantes teléfonos que pertenecían a mujeres suramericanas, según fuentes policiales. Con la preceptiva autorización judicial, los agentes estudiaron las llamadas telefónicas y comprobaron que quienes figuraban como titulares de la líneas eran identidades falsas. Todas pertenecían a una misma persona: Diana León, la mujer que hacía las tareas del hogar en el domicilio de la víctima. Diana, con domicilio en Carabanchel y que también se dedicaba a otros menesteres al margen de la ley fue arrestada y puesta a disposición judicial. Ya había sido denunciada en otra ocasión por hechos similares, según las mismas fuentes.
Los agentes también comprobaron que la víctima, casi nonagenario, no era consciente del verdadero valor del dinero, ya que había entregado la mayor parte del dinero pensando que eran cantidades infinitamente inferiorres a las reales.
Las dos operaciones que se saldaron con María y Diana detenidas por delitos contra el patrimonio han sido desarrolladas por la Sección de Policía Judicial de la comisaría de Arganzuela. Para evitar estafas, timos y hurtos a personas de edad avanzada, la Policía Nacinal cuenta con el Plan Mayor, desarrollado por la Unidad de Participación Ciudadana, que se encarga de dar charlas en centros de mayores.
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