Venezuela
Un sicario dispara en la cabeza a un enfermo mental y huye
César, de 46 años, fue abordado en el portal de su casa de Alcobendas a plena luz del día.
César tiene un problema mental, esquizofrenia, según sus vecinos, y parece que en los últimos tiempos no tomaba la medicación o, con la que tuviera pautada, los médicos no conseguían controlarle los brotes porque «se la liaba a cualquiera». «A los del bar de enfrente los tenía fritos. Un día se puso a gasearles con un espray de esos de pimienta. Imagínate», cuenta un vecino de su portal. El hombre, de 46 años y nacionalidad española aunque nacido en Venezuela, vivía con su madre en el segundo piso del portal 2 de la calle Dolores Ibárruri, 8 de Alcobendas. Se trata de una urbanización de protección oficial de unos 10 años. Y fue allí, en la misma puerta de su portal, ya dentro de la urbanización, donde le descerrajaron al menos un tiro en la cabeza, aunque los vecinos escucharon dos detonaciones. «Creía que eran petardos», dijo el trabajador de un negocio cercano. Pero se trataba de disparos. El autor de los mismos fue un hombre «de tez morena, grueso, que llevaba una camiseta roja y una gorra», según algunos testigos. El homicida habría entrado detrás de él en la urbanización (la puerta de entrada está rota y se puede acceder al interior sin llave) y desapareció de la finca, a la carrera, por otra puerta que da a la calle trasera. El hombre podría haberle seguido o estar esperándole en los alrededores de su vivienda para atacarle. Las primeras hipótesis de los investigadores sostienen que el autor material fuera un sicario, alguien contratado para acabar con la vida de César (le disparó en la cabeza, por tanto tenía intención de acabar con su vida), por lo que él, si le hubiera visto, no habría sospechado nada. Los motivos se desconocen. Al parecer, César fue abogado del Estado pero habría quedado incapacitado por su enfermedad mental. «Al principio era normal, hablaba y eso, pero con los años se fue enrareciendo mucho», aseguraba un vecino del mismo portal. El suceso ocurrió a eso de las 11:30 horas de la mañana de ayer.
César S. Rodríguez yacía tumbado boca abajo rodeado de un gran charco de sangre y acompañado por su madre, una mujer ya muy mayor, que sólo lloraba sin poder reaccionar. Algunos vecinos contaban ayer que volvían juntos al domicilio familiar cuando el autor les abordó; otros, sostienen que regresaba solo y que la madre bajó a la calle después. Quien sí se encontró seguro esa escena es un vecino de origen magrebí del mismo portal que al abrir la puerta de la calle se topó con la imagen. Llamó al 112 y el Summa acudió al lugar. Tras intubarle y estabilizarle, la víctima fue trasladada al Hospital La Paz, donde ingresó con pronóstico grave. Al cierre de esta edición, César seguía con vida. Investiga el Grupo V de Homicidios.
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