Jesús Gómez: El «fontanero» que no supo negociar

Cuando el pasado lunes, el Comité Electoral regional del PP confirmó el nombre de los candidatos de los grandes municipios del sur –Móstoles, Getafe y Alcorcón–y dejaba en el aire el de Leganés, los rumores que desde hacía meses apuntaban a que Jesús Gómez no repetiría cartel no hicieron más que dispararse. Y es que, a pesar de que en esta semana Jesús Gómez ha hecho patente su deseo de repetir como candidato, sus cuatro años como alcalde no han sido fáciles. La sombra de sufrir una moción de censura le ha perseguido casi desde el principio. A mediados de 2013, en pleno ecuador de legislatura, el acuerdo entre los independientes de Uleg y el PSM estuvo a punto de rubricarse en varias ocasiones para arrebatar al dirigente popular el bastón de mando.

Jesús Gómez llegaba en 2011 a la alcaldía después de una dilatada trayectoria como «fontanero» de Esperanza Aguirre. Tras colaborar con varios medios de comunicación, la presidenta de los populares madrileños le reclutó como asesor de su primer Gobierno autonómico en 2003 y, muy pronto, pasó a formar parte de su gabinete. A pesar de su experiencia como asesor y muñidor de acuerdos, no ha logrado, sin embargo, pactar en el consistorio como de él se esperaba. Su absoluto desencuentro con el líder de Uleg, Carlos Delgado, con cruce de denuncias incluido, ha sido determinante, apuntan desde el PP, en la toma de una decisión que para Aguirre ha sido dolorosa por el afecto personal que siempre le ha demostrado.

Periodista y economista, Gómez (1967) está casado y tiene un hijo. En las autonómicas de 2007 formó parte de la lista del PP en Leganés. Los populares ganaron y su candidata, Guadalupe Bragado, se convirtió en alcaldesa pero protagonizó uno de los mandatos más fugaces de la política madrileña. Apenas 23 días en los que Gómez fue segundo teniente de alcalde y encargado del área económica.