La autopsia revela que Richard Ángel murió de forma accidental

El análisis de las huellas ha confirmado que el cadáver hallado ayer en el Henares a su paso por Alcalá es el de Richard Ángel.

El análisis de las huellas ha confirmado que el cadáver hallado ayer en el río Henares a su paso por Alcalá es el de Richard Ángel, el joven desaparecido hace veinte días, mientras que la autopsia realizada ha determinado que no hay signos de violencia.

Fuentes de la Jefatura Superior de Policía han confirmado que la necroreseña -la comprobación de las huellas dactilares- ha confirmado la identidad del joven.

Además, la autopsia que se le practicó ayer al cuerpo ha determinado que no hay signos de violencia, aunque estas fuentes no han podido especificar si la muerte se produjo de forma accidental o natural.

Y es que hacía ya unos días que no pintaba bien el tema. De hecho, esta misma semana la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, y el jefe superior de Policía, Alfonso Fernández, aseguraron que se trataba de un asunto «absolutamente prioritario» y que se estaban movilizando todos los «recursos disponibles». Pero no ha podido ser. Ni la Policía logró encontrarle, a pesar de rastrear a fondo el río Henares, ni ha aparecido con vida.

Fue un pescador quien a eso de las 16:30 horas de ayer se percató de la presencia de un cadáver flotando en el río que pasa por Alcalá, a la altura de la calle Entrepinares. Aunque desde el primer momento todos se mostraron muy cautos, todo apuntaba a que se trataba de Richard Ángel.

Hasta el lugar se trasladó inmediatamente la Policía Judicial de la comisaría de la localidad, que han llevado toda la investigación; agentes del Grupo V de Homicidios de la Jefatura Superior y dos dotaciones de Bomberos de la Comunidad de Madrid del equipo acuático. Sin embargo, no fue hasta la llegada de la comisión judicial cuando se pudo comenzar a trabajar. Tras las anotaciones pertinentes de la secretaria judicial que describe, entre otras cosas, la posición del cuerpo, a eso de las 19:00 horas, ordenaron el levantamiento del cadáver, en el que también participó Protección Civil de Alcalá. Con la ayuda de una barca neumática, los bomberos arrastraron hasta la orilla el cuerpo sin vida del joven.

Fue entonces cuando parecía que efectivamente se trataba del joven desaparecido, a tenor de la ropa que sus amigos y familiares habían descrito que llevaba la última vez que se le vio: un plumas azul, vaqueros y deportivas Adidas azules y blancas. Sin embargo, los agentes de Policía Científica realizarán pruebas como la necroreseña (toma de huellas dactilares) para verificar la identidad del cuerpo. Tras su rescate y el trabajo de los agentes de Científica, Homicidios y la Comisión judicial, el cadáver fue trasladado al Instituto Anatómico Forense, donde se le ha practicado la autopsia.

Ha sido, por tanto, el forense quien ha determinado la no violencia en el cadáver lo que podría indicar que su muerte ha sido por causa accidental tras caer al río. Y es que aquella madrugada «Richi», como le llamaban sus allegados y sus amigos, protagonizó una pelea en la discoteca Decano de la zona Nuevo Alcalá.

Según explicaron los amigos, «Richi» se había tropezado sin querer con una joven y poco después tuvieron un pequeño altercado con el novio de ésta. Sin embargo, ninguno de ellos salió herido ni tampoco parecía que hubiera ganas de más revancha por parte de los «adversarios». Tras ese «empujón» a la salida del local de copas, Richard se fue caminando solo.

La Policía Judicial de Alcalá, que ha venido realizando «ingente cantidad de entrevistas con amigos y conocidos del barrio», recibió la versión de que se fue hacia el lado del río como otros testigos que aseguraban que se marchó hacia el lado contrario. La madre del joven se mostraba convencida de que a su hijo le habían dado una paliza de muerte. El chaval vivía con su padre en Meco y estudiaba en Torrejón de Ardoz un ciclo formativo de mecánica. Sus amigos han realizado concentraciones de apoyo para alentar su búsqueda y aún albergaban esperanzas de encontrarlo con vida. Sin embargo, las batidas en el río sin ningún resultado no ofrecían mucho consuelo.