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La despedida de una víctima del Madrid Arena: «No puedo más, dile a mi padre que le quiero»
Una joven que resultó herida en el Madrid Arena ha contado en el juicio las últimas palabras de Katia Esteban, una de las cinco fallecidas: «No puedo más, dile a mi padre que le quiero»
Una joven que resultó herida en la tragedia del Madrid Arena ha contado hoy en el juicio las últimas palabras de Katia Esteban, una de las cinco fallecidas en la avalancha mortal: "No puedo más, dile a mi padre que le quiero". Amor López ha sido la segunda testigo en comparecer hoy en la vista oral que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid y, al igual que la anterior, también era menor en el momento de los hechos. Tenía 17 años.
Cuando estaba encajada en el tapón humano que se formó en el vomitorio mortal, la joven tuvo a su lado a Katia Esteban, a la cual no conocía pero si escuchó lo que la dijo, ha explicado.
"No puedo más, dile a mi padre que le quiero", ha señalado. Entonces, ha añadido, "dejó de hablar y dejó de respirar".
La testigo ha apuntado que no la conocía pero que más tarde se enteró de que aquella joven era Katia Esteban, una de las cinco fallecidas en la tragedia.
Así lo ha asegurado López durante la décima sesión del juicio del Madrid Arena, en la que ha intervenido como testigo, y donde del mismo modo ha asegurado que en el tapón humano se empezó a agobiar porque sus pies "no tocaban el suelo"y que para poder salir con vida del mismo pisó "a tres o cuatro personas".
Cuando la testigo llegó a la pista "no había excesiva gente"sino que la masificación se produjo cuando quisieron salir. Les dijo a sus amigos que quería salir de la pista y no sabe cómo se vieron "de repente encajados", con gente empujándoles, a punto de salir del pasillo.
Una vez en el vomitorio, ha asegurado que "en ningún momento"estuvo en el suelo, pero sí que llegó a tener "cierta inclinación". "Mis amigos vieron que me estaba muriendo y sacaron fuerza de no sé dónde y me sacaron", ha puntualizado.
Ha asegurado no tener conciencia del tiempo que pasó ahí dentro, pero para ella fue "eterno". Cree recordar que a la derecha había una puerta y se rompió. Sufrió bastantes lesiones a consecuencia de la avalancha. Cuando salieron de la misma, se encontró con unos amigos, aunque "a partir de ahí"no recuerda más cosas.
López ha señalado que la entrada se la compró un amigo, y le llegó un mensaje de whatsapp en el que le decían que estaba previsto que entrara "mucha más gente"de la que se había dicho en un primer momento. "No tuve que pasar ningún control en el evento", ha indicado. Solo tuvo que pasar unos tornos, pero no le pasaron la entrada por el lector. "Se quedaron la entrada las personas que estaban en los tornos", ha asegurado.
Las personas que se encontraban allí les metían prisa porque había mucha gente. "Todo eran masificaciones, lo que había alrededor del Madrid Arena era una barbaridad; estaba todo el mundo bebiendo y no había Policía". Ella no llevaba el DNI porque era menor.
Ha reconocido que portaba "una botellita pequeña"en cada bota, y que no se la requisaron. Una vez dentro, subieron a la tercera planta y empezaron a bailar. Ha asegurado que "había muchísima gente que en la misma escalera subía y bajaba", por lo que había muchos empujones para poder acceder a un sitio u otro. López ha asegurado que accedió a la pista por el mismo sitio por el que salió.
Ayer declaró en el juicio Carmen Rodríguez, una de las amigas de las fallecidas que también sufrió la avalancha, pero, afortunadamente, ella sólo sufrió lesiones en una rodilla y estuvo en tratamiento psicológico durante un tiempo. «Me faltaba una bota. Iba sin chaqueta. Nadie me dijo: “¿Necesitas algo?”. A mí me sacaron, pero faltaban dos amigas mías. Me fui para fuera, a la zona de ambulancias, y pregunté por sus nombres. También le pregunté a un policía y me dijo: “Lo mejor que puedes hacer es irte a tu casa y descansar”». Es parte del relato de Carmen Rodríguez.
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