Carabanchel

La fiebre «okupa» se recrudece en Carabanchel

Una vez ocupado el inmueble de la calle Cadete Julio Llompar número 7, los activistas descolgaron desde la terraza una pancarta
Una vez ocupado el inmueble de la calle Cadete Julio Llompar número 7, los activistas descolgaron desde la terraza una pancartalarazon

Para los vecinos de algunas zonas de Villaverde y Carabanchel, las ocupaciones de viviendas vacías han pasado a formar parte de su rutina casi diaria. Ayer, cerca de un centenar de simpatizantes y miembros de la Asamblea de Vivienda de Madrid decidió tomar un edificio completo, situado en la calle Cadete Julio Llompart, en Carabanchel. Este inmueble, propiedad de la Sociedad de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria –conocida también como «banco malo»–, servirá, según los activistas, para alojar a seis familias que habían sido desahuciadas de sus casas. Lo que desde la plataforma se vendió como la «liberación» de un edificio para familias en dificultades, entre los vecinos del barrio sólo ha servido para multiplicar aún más su irritación. «Lo tenían todo planificado. Son gente del 15-M y han ocupado el edificio sin que la Policía hiciera nada. Estamos indignados y tenemos un miedo atroz», reconocía Concha, portavoz de la Asociación de Vecinos Amigos del Canódromo. Una vez hechos fuertes en su interior, los ocupas colgaron una pancarta con el lema «Obra Social de los Barrios». El edificio ocupado se trata de un antiguo inmueble de Bankia. Una promoción de viviendas de obra nueva que nunca llegó a estar ni siquiera terminada y, por tanto, tampoco habitada.

«Pisos patada»

El episodio de ayer caldeó todavía más el ambiente después de que, como aseguran los vecinos, el pasado viernes se produjera una redada con varios detenidos después de que una familia gitana tratara de ocupar ilegalmente otra vivienda. «La cosa en los últimos meses, lejos de mejorar, ha empeorado mucho», aseguran con resignación. Muchas de las calles de barrios como el de San Cristóbal de los Ángeles se han convertido en una sucesión de portales tapiados por los propios vecinos para evitar la entrada de más «okupas». Ha sido una de las fórmulas ideadas por los vecinos para hacer frente al fenómeno de los «pisos patada»: casas vacías en las que familias, fundamentalmente rumanas y gitanas, derriban la puerta para vivir en su interior. Pero además de tapiar algunos portales, los vecinos del entorno del Canódromo no han dudado en muchas ocasiones en ponerse en la primera línea del conflicto. «La gente está harta» reconocen algunos de estos vecinos, que no dudan en enfrentarse a los grupos de ocupas. «Nos amenazan, nos insultan pero lo peor que puedes tener en esta vida es miedo», reconocían a este diario Concha y Manoli, a las que las circunstancias han convertido en una suerte de patrulla «anti-okupación». Y es que, según explican, estos «nuevos vecinos» son en su mayoría «familias muy problemáticas» que alteran la rutina del barrio.

La ocupación de ayer se enmarca dentro de la campaña «Obra Social», con la que esta plataforma denuncia que existan en Madrid más de 10.5000 viviendas vacías.