Violencia de género
La mujer descuartizada de Alcalá podría llevar muerta varios meses
Detenido un hombre de 42 años con el que la joven de 22 años y de origen ruso había mantenido, supuestamente, una relación. La familia denunció la desaparición en diciembre
Detenido un hombre de 42 años con el que la joven de 22 años y de origen ruso había mantenido, supuestamente, una relación. La familia denunció la desaparición en diciembre.
El cuerpo estaba descuartizado y metido en un arcón frigorífico en la bañera de una vivienda de la calle Camino de Santiago, 3, de Alcalá de Henares. La Policía Nacional lo encontró a media tarde de ayer después de hacer un registro. Todo parecía apuntar a que el cadáver correspondía con el de una joven de 22 años y de origen ruso, la pequeña de tres hermanas cuyos padres adoptivos, «o llevaban muy poco en el pueblo o no eran de la localidad», aseguran los vecinos. La madre de la joven había denunciado su desaparición el 30 de diciembre del 2018, a pesar de que su hija había abandonado el domicilio familiar un año antes, en septiembre de 2017. Fue a partir de entonces cuando la Policía se puso sobre la pista. «Mantenía muy mala relación con su madre, de ahí que no le diese importancia a su desaparición», dijeron los vecinos. Aunque la autopsia determinará la fecha exacta de la muerte, fuentes de la investigación no descartan que la joven pudiera lleva muerta varios meses en la vivienda y que hubiera mantenido una relación sentimental con Manuel, un hombre de 42 años, que fue detenido a las 4:30 horas de ayer por la Policía en plena calle y con el que supuestamente vivía. Pero nadie de la zona recordaba haber visto a la joven.
Hace tres días la Policía acudió al bajo en el que vivía Manuel, que estaba habilitado como vivienda. Declaró a los agentes que la joven ya no residía allí. «¿No os fiáis de mí o qué?», dijo a los agentes, según Efe. Los policías regresaron a la casa con una orden de registro y hallaron el cuerpo. El bajo del número 3 de la calle Camino de Santiago fue una autoescuela antes de que el detenido alquilase una habitación de la vivienda. El dueño de la propiedad, J.G, hizo una reforma para que su hijo pudiese habitarla y construyó habitaciones individuales, relata una vecina: «cada habitación tenía su nevera y su ducha. Es por eso ha podido mantener el secreto, porque a esa nevera no tiene acceso nadie más que él». El arrendatario de dicha vivienda afirmó que nunca sospechó nada: la pareja pagaba la mensualidad de la vivienda en los plazos establecidos y nunca dio ningún problema, dijo en declaraciones a los medios. «Es igual que cuando entras por un supermercado y pasas por la sección de frutería, no hueles a piña. Él tenía su nevera y yo la mía. Yo en la mía tengo chope y mortadela como todo el mundo», declaró a Antena3 Noticias.
Sus amigos, impactados
Según otros residentes de la localidad, a Manuel de 42 años y natural de Linares (Jaén), no le constaban antecedentes penales ni denuncias previas por malos tratos. Trabajaba en el bar La Oficina, situado al lado de la estación de Renfe de Alcalá de Henares. Sin embargo, en diciembre del pasado año dejó su trabajo y desde entonces, trabajaba como camarero en el bar Gigante, situado también por la zona. «Yo lo veía muy quemado, me contaba que el jefe le quería poner también los domingos», cuenta un amigo cercano aún incrédulo tras conocer la noticia. «Hace una semana lo vi por aquí y vi que estaba muy delgado, había cambiando mucho físicamente. No sé si por culpabilidad, pero algo le estaba pasando».
Los amigos con los que frecuentaba el bar Guerrero o el Barriga, situados frente a su domicilio, creen que la relación sentimental que mantenía con la chica hallada muerta en su domicilio no fue muy duradera, «quizás fue una relación sentimental, pero más bien esporádica», aseguran. Además, nunca vieron a la joven por el lugar, «y mira que éramos buenos amigos», relata otro allegado suyo, «no creo ni que compartiesen la vivienda». Los vecinos comentan que la joven «podría ser uno de los muchos ligues» del detenido. «Él nos contaba: “me voy a Vicálvaro a ver a una amiga” o bien decía “hoy triunfo con otra chica”». Sus amigos aseguran que la última vez que le vieron fue hace diez días y éste afirmó que mantenía una relación con una chica extranjera, «pero en ningún caso me suena que fuese rusa», cuentan. «la llamaban “La argentina”, pero tampoco la vimos nunca por aquí, aunque se le veía un poco más feliz».
Manuel dejaba atrás una vida problemática. «Por lo visto tuvo un accidente de tráfico en el que iban él y su mujer. Ésta falleció y él sobrevivió. Desde entonces se quedó tocado», cuenta una amiga cercana. Sin embargo, aparte de la vida que hacía en el bar, ya que «prácticamente vivía ahí», dicen sus vecinos interactuaba poco con ellos. «Le veíamos salir a pasear a su perro, un pequeño pastor alemán», relatan.
La vida de Manuel parecía «normal» para los que le conocían, pero pocos poco podían imaginar que guardara restos humanos en el frigorífico de su casa.
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