Operación Candy

La Policía halló ropa interior infantil en una de las casas del pederasta

Imágenes de la víctima del pederasta de Ciudad Lineal abandonada en el metro
Imágenes de la víctima del pederasta de Ciudad Lineal abandonada en el metrolarazon

La Policía Científica halló durante el registro de la vivienda en la que vivía el presunto pederasta de Ciudad Lineal, Antonio O.M., ropa interior de niña que podrían pertenecer a algunas de sus víctimas.

Ya lo imaginaban los criminólogos y psiquiatras expertos en pederastia y así lo hicieron saber antes de su detención, cuando la Policía aún no había dado con el «enemigo público número uno» y medio Madrid vivía atemorizado ante una nueva actuación del tristemente famoso pederasta de Ciudad Lineal. No se equivocaron. A modo de trofeo o por fetichismo, el presunto agresor sexual de cinco niñas (lo intentó con otras tres) guardaba la ropa interior de sus víctimas en la casa donde residía en Madrid con su madre, situada en la calle Montearagón, 5. La Policía Científica encontró «unas bragas blancas con florecitas rosas, que por su tamaño podrían pertenecer a menores de edad y por tanto a alguna de las víctimas» que se encontraban en una «bolsa de plástico de supermercado» localizada junto a la ropa que Antonio Ortiz tenía en el salón, según los datos del sumario del caso, al que la jueza ya ha levantado el secreto y al que ha tenido acceso este diario. En este domicilio del distrito de Hortaleza, al que volvía a dormir cada día después de cometer las atrocidades con las menores, los agentes también hallaron una manta color beige con los bordes rosas que podría coincidir con la descrita por la niña de origen dominicano agredida el pasado 22 de agosto. El pederasta podría haberla utilizado para taparla y, tras su examen, se hallaron varios pelos y restos biológicos. De esta vivienda, que compartía con su madre y su hermanastra (paradójicamente situada muy cerca del complejo policial de Canillas) también se intervino papel de cocina con el objeto, según el sumario, de ser contrastado con el encontrado en el cuerpo de una de las niñas. Tras cometer todas sus agresiones, Ortiz regresaba a este domicilio familiar donde dormía en su cuarto, en una cama de 90, según las fotografías tomadas en el piso por Científica. No parecían quitarle el sueño los horrores cometidos con unas niñas a las que ya había destrozado la vida. A algunas no llegó a subirlas al ya conocido como «piso de los horrores», situado en la calle Santa Virgilia, 3. A este domicilio, propiedad de su madre y que estaba en obras, subió, al menos, a las menores agredidas en abril y junio; es decir, a la española y a la pequeña de origen chino. La primera ayudó muchísimo en la investigación policial en su descripción de la vivienda, que prácticamente «clavó» en un dibujo realizado por ella misma a los dos subinspectores que se reunían con ella de forma aparentemente informal y siempre fuera de dependencias policiales.

En este piso, los agentes de la Científica, con la ayuda del GOIT (Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas), recogieron 161 muestras, entre ellas una piruleta que podría haber comprado para engatusar a las niñas. De hecho la operación de bautizó «Candy» porque la menor agredida en abril fue raptada a la salida de una tienda de chucherías y ofrecía golosinas a las víctimas donde introduciría el medicamento para adormecerlas (benzodiacepinas). Hasta el momento, sólo ha trascendido dos huellas halladas en la funda del colchón del dormitorio, que pertenecen a la menor agredida en abril, según fuentes policiales.

Aunque aquí fue donde más trabajó la Policía, por ser el lugar donde supuestamente habría cometido las agresiones, los agentes también se llevaron pruebas del piso familiar, donde vivió hasta que escapó a Santander temeroso de que la Policía ya le hubiera «mordido», como así era. En esta vivienda de Cantabria, propiedad de sus tíos, que fue su «guarida» y finalmente el lugar de su captura, se le tomaron las primeras fotografías, antes de ponerle la capucha que no se le quitaría hasta llegar a la Jefatura de Madrid. De este domicilio, los agentes se llevaron una chaqueta con manchas rojas que también se encuentra en laboratorio a efectos de ser analizada de forma exahustiva. De esta forma, aunque la investigación fue llevada a cabo por los agentes del SAF y otros miembros de la Brigada de Judicial y también de otras brigadas elegidas por el jefe de la investigación, el comisario José Luis Conde –premiado por este trabajo–, desde la detención del individuo han sido los agentes de Científica los que han asumido la mayor parte del trabajo, desde las inspecciones oculares y recogida de muestras en los domicilios registrados y en su posterior análisis. Además, estos profesionales se encuentran a la espera de que Judicial les solicite la pericial del ordenador confiscado en el domicilio de Montearagón y del teléfono móvil. Sospechan que podría contener material pedófilo y fotos de sus propias víctimas. Él se encuentra en Preventivos en Soto del Real desde el 26 de septiembre.