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La trampa de las «primarias» de Carmena y Errejón para blindar sus listas

Los simpatizantes de Más Madrid que alteren el orden de las candidaturas propuestas verán cómo su voto vale cinco veces menos que el resto.

El precandidato de Más Madrid, Íñigo Errejón, el domingo, en un acto de precampaña junto a Clara Serra y el portavoz de Ganar Móstoles, Gabriel Ortega
El precandidato de Más Madrid, Íñigo Errejón, el domingo, en un acto de precampaña junto a Clara Serra y el portavoz de Ganar Móstoles, Gabriel Ortegalarazon

Los simpatizantes de Más Madrid que alteren el orden de las candidaturas propuestas verán cómo su voto vale cinco veces menos que el resto.

Hace ya varias semanas, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, dejó claro que no habría primarias en el nuevo partido que alumbró para tratar de revalidar su bastón de mando. «Serán participatarias», avanzó la ex jueza. El nuevo término –las participatarias– sirve para definir el proceso interno para confeccionar las listas electorales con las que Más Madrid concurrirá a las autonómicas y municipales del mes de mayo con Íñigo Errejón y Carmena como cabezas de cartel. Se celebrarán entre el 12 y el 18 de marzo y para votar será necesario inscribirse en la web de Más Madrid.

Lo que no dijo la alcaldesa al presentar Más Madrid era que las participatarias que su equipo había concebido tenían trampa. El reglamento del partido asegura que la votación se efectuará sobre «listas abiertas y desbloqueadas». Sin embargo, aquellos inscritos que apuesten por alterar el orden de los equipos de Carmena o de Errejón verán penalizado su voto. Esto es consecuencia de que se haya incluido en el reglamento el concepto de «factor de equipo», que implica que los votos que avalen las listas de los candidatos en el orden ya prefijado tendrán premio: su papeleta contará por cinco. Llevado a la práctica, este modelo de primarias supone que si algún simpatizante considera, por ejemplo, que la actual portavoz, Rita Maestre, debe ser la número dos en las elecciones de mayo en vez de la número tres –que es su puesto actual– tendrá que asumir que su voto valdrá cinco veces menos.

Si ya eran poco probables las sorpresas en las primarias de un partido creado ex profeso para que la alcaldesa pudiera decidir íntegramente el nombre de todos los integrantes de su lista, la introducción del «factor de equipo» las convierte en imposibles. Desde el entorno de la alcaldesa justifican este modelo en la experiencia de estos cuatro años en Cibeles: la alcaldesa no tuvo las manos libres en 2015 para elaborar la candidatura de Ahora Madrid y precisamente esta circunstancia se convirtió, desde el mismo arranque de la legislatura, en el principal motivo de fricción interna en el Gobierno y en el propio grupo municipal. Con la mente ya puesta en la confección de su Ejecutivo, la alcaldesa ha querido elegir perfiles adaptados a cada una de las áreas de Gobierno al tiempo que ha querido premiar a sus ediles más fieles.

Frente a esta opinión, se encuentran los sectores de Ahora Madrid que han sido marginados en el nuevo partido de Carmena y de Errejón. Consideran que las participatarias no son más que una nueva expresión del «hiperliderazgo» y la «política del dedazo» con el que la ex jueza ha liderado el Ayuntamiento durante estos años. «No necesitamos magdalenas, queremos primarias abiertas, programa participativo y de obligado cumplimiento, urbanismo social y conflicto como dinámica democrática legítima», aseguran desde La Bancada Municipalista, la entidad impulsada por los concejales de IU y de Ganemos críticos con la gestión de la ex jueza al frente del consistorio. Desde este sector, consideran además que el modelo de primarias con la corrección del «factor de equipo» consolida a Más Madrid como «una plataforma hecha a la medida de la alcaldesa para que sea ella la que dicte las directrices en la confección de las listas sin ninguna clase de proporcionalidad ni mérito».

Junto a la correción para garantizar la integridad de las listas propuestas, el reglamento también establece un ajuste por género para blindar la paridad de las candidaturas. «La lista final será corregida en materia de género garantizando al menos un 50% de mujeres», señala el documento, que, sin embargo, «no prevé corrección en caso de que dicho porcentaje sea superior», aunque «por imperativo legal, se respetará en cada grupo de 5 candidatos una proporción máxima de 60% de un género».