Caridad

Los usuarios del comedor social Paquita Gallego de Leganés ya tienen dónde comer en agosto

El Ayuntamiento les ha confirmado que un bar del municipio les dará de comer durante el mes que cierra la asociación de caridad

Vicente, uno de las personas que podrá comer en el comedor Paquita Gallego
Vicente, uno de las personas que podrá comer en el comedor Paquita Gallegolarazon

El Ayuntamiento les ha confirmado que un bar del municipio les dará de comer durante el mes que cierra la asociación de caridad

“El problema es que nos vamos a quedar sin comer y sin nada”, afirmaba ayer Vicente a LA RAZÓN. Vicente nació en Villaviciosa de Odón y, cuando tuvo su primer hijo, el matrimonio decidió mudarse a Leganés, ya que “allí la vida era muy cara”, asevera. Cuarenta años después, con 69 años, Vicente continúa viviendo en Leganés, pero su vida ha cambiado por completo. Hace 15 años, fruto de una separación, Vicente abandonó el piso en el que estaba y empezó a vivir en la calle.

Dada su situación económica, durante los últimos diez años, él ha acudido al comedor Paquita Gallego de Leganés, en el que les proporcionan comidas variadas y aseguraba: “Lo que más me gustan son las judías blancas”. El comedor Paquita Gallego como todos los años va a cerrar durante el mes de agosto. Este año, a diferencia de los anteriores en los que” en un sitio u otro, siempre habían buscado algo”. El Ayuntamiento de Leganés, en el día de ayer, aún no les había ofrecido a estas personas ninguna alternativa “para poder tener al menos una comida al día”.

Sin embargo, hace un “ratito”, según ha confirmado Vicente a LA RAZÓN, a todos los vecinos que acuden a diario al comedor el ayuntamiento les buscado un lugar donde comer el mes de agosto. Todos ellos, a partir de mañana a la una, podrán tener una comida caliente en el bar El Viejo Café, situado en la Plaza de España de Leganés. “Quique es un viejo conocido nuestro y nos ha dado muchas veces de comer”, concluye Vicente.

Este mediodía, se manifestaron en la Concejalía de Asuntos Sociales de Leganés para “suplicar” una solución que les permitiese poder alimentarse durante los 31 días que todavía les quedaban por delante.