Comunidad de Madrid

Loterías salva el colegio San Ildefonso

Los niños del Colegio San Ildefonso vienen cantando los sorteos de lotería desde finales del siglo XVIII
Los niños del Colegio San Ildefonso vienen cantando los sorteos de lotería desde finales del siglo XVIIIlarazon

El famoso colegio San Ildefonso de la capital, donde los niños se preparan durante todo el año para cantar los premios de la lotería de Navidad, tiene asegurado su futuro. Loterías y Apuestas del Estado ha firmado con el Ayuntamiento de Madrid un convenio para financiar una de las tres fases de las obras necesarias para rehabilitar el centro, en el que se detectaron graves daños estructurales, de las que ya se han ejecutado dos. En concreto, el organismo estatal del juego aportará 450.000 euros de los 942.494,29 euros que ya ha adelantado el consistorio madrileño para restaurar el interior. El resto de la obra pendiente, las fachadas y la cubierta, tendrá un coste de otros 450.000 euros que correrán a cargo de la Comunidad de Madrid.

La reforma del colegio, que fue fundado en el barrio de La Latina en el siglo XVI, suscitó hace un año y medio una agria polémica entre el Ayuntamiento de Madrid y la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del Centro debido a la intención del consistorio de cerrar las aulas y la residencia de estudiantes para acometer las obras de restauración necesarias para garantizar la viabilidad del inmueble. El Ayuntamiento propuso el traslado de los más de 200 alumnos a un Colegio Federico García Lorca del barrio del Pilar y a los 58 internos de la residencia a otra situada en el municipio de Tres Cantos.

La Inspección Técnica del Edificio (ITE) que se realizó en 2011 descubrió problemas en la cubierta y fachada pero, tras realizar unas calas para comprobar el estado interno del inmueble, se concluyó que el edificio tenía problemas estructurales que comprometían su estado de conservación, por lo que el Ayuntamiento de Madrid estudió el traslado de los alumnos para poder realizar las obras de reforma en el menor tiempo posible.

Sin embargo, el AMPA se opuso al traslado y decidió encargar un nuevo estudio a un grupo de arquitectos especialistas en rehabilitación y patrimonio que no apreciaron daños estructurales significativos que justificasen la urgencia de las obras y el cierre del centro. Asimismo, criticaban que el consistorio hubiese tomado la decisión de trasladar a los alumnos antes de tener un proyecto de obras definitivo que detallase cuándo podrían volver. Incluso llegaron a plantear que quizás habría intereses ocultos para cambiar el uso de la parcela en la que se ubica el colegio San Ildefonso, en la calle Fernando VI de Latina, para cambiarlo de dotacional educativo a urbanístico y conseguir dinero con su venta. El Ayuntamiento negó tajantemente esta posibilidad y aseguró que no tenía ningún interés en cerrar el colegio y que no ejecutarían unas obras con un coste tan elevado en plena crisis económicas si no tuviesen un carácter tan urgente.

Cuatro informes

Por su parte, la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid se reunió en repetidas ocasiones con el AMPA y con el Ayuntamiento de Madrid. A los padres les propuso proporcionarles transporte gratuito al otro colegio y garantizó que todos los alumnos se mudarían en bloque a un único centro escolar. Con todo, la consejera de Educación, Lucía Figar, consideró «excesivamente alarmista» el informe realizado por el consistorio madrileño respecto a los problemas del edificio y decidió encargar a un arquitecto externo otro estudio de la situación estructural del inmueble.

Finalmente, la alcaldesa Ana Botella se reunió con el AMPA y les prometió estudiar una fórmula para no tener que desalojar el colegio mientras se realizaban las obras de reforma. De este modo, la Dirección General de Control de la Edificación del Área de Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento de Madrid elaboró un último y cuarto informe en el que se recopilaban el inicial, encargado por la Dirección General de Patrimonio; el informe de un arquitecto encargado por el AMPA del colegio y el tercero que elaboró el arquitecto externo encargado por la Consejería de Educación. De todos ellos, Urbanismo concluyó que el edificio presentaba varias patologías que comprometían su estado de conservación así como algunos problemas en sus elementos estructurales que hacían perentoria la realización de obras de reparación de todos ellos.

Tal y como se había comprometido Botella, la Dirección General de Control de la Edificación estableció un calendario de actuaciones, delimitando las zonas a intervenir, que tendrían lugar durante los periodos de vacaciones de los alumnos, de modo que no hiciese falta ni su traslado a otro centro escolar ni el desalojo de la residencia de estudiantes. Así, se elaboró de urgencia un proyecto de obra y se decidió dividir en tres fases la reforma, que tendría un coste total en torno al millón y medio de euros. El Ayuntamiento de Madrid adelantó la inversión necesaria para las dos primeras fases que, durante las vacaciones de verano de 2012 y 2013 se han encargado de rehabilitar el interior del inmueble.

Sin fecha prevista

El convenio aprobado esta semana con Loterías y Apuestas del Estado supone el pago de la mitad de la inversión realizada por el Ayuntamiento para las obras de reforma que ya están ejecutadas en su totalidad. Tan sólo quedaría pendiente una última fase que financiará la Comunidad de Madrid y que comprende las fachadas y las cubiertas del inmueble centenario, aunque no hay fecha prevista para su realización.