Maratón

Navalcanero: un rally de 3.000 euros en seguridad

Una ambulancia y un médico, el equipo mínimo previsto por el reglamento, vigilará la prueba

El rally de Navalcarnero disputa hoy su sexta edición. En la imagen, uno de los participantes de la carrera cronometrada de 2013
El rally de Navalcarnero disputa hoy su sexta edición. En la imagen, uno de los participantes de la carrera cronometrada de 2013larazon

Hoy, cuando se cumplen siete días del fatal accidente deportivo durante la celebración de un rally en la localidad gallega de Carral, el municipio madrileño de Navalcarnero se convierte en sede de una prueba similar. ¿La tragedia que costó la vida a siete personas la semana pasada a provocado un aumento en los sistemas de seguridad de este tipo de pruebas? La respuesta es no. El coste que conlleva la organización de este tipo de competiciones y, en muchos casos, la dificultad para encontrar patrocinadores provoca que en ocasiones los organizadores de este tipo de pruebas cuenten con presupuestos muy ajustados para todo lo relativo a dispositivos para la carrera y seguridad. «Las medidas de seguridad son las que son. Algo más pondremos, pero las cintas son las cintas», explicaba ayer un portavoz del club Escudería 1.000 lagos, los organizadores del evento.

La prueba, que cuenta con todos con los permisos municipales y de tráfico correspondientes, consta de un tramo de diez kilómetros que transcurre por caminos rurales y que los 33 vehículos inscritos comenzarán a recorrer a partir de las 8:30 de la mañana. Todos los participantes deberán estar en posesión de una ficha de seguimiento del vehículo específica de la Federación Madrileña de Automovilismo que los organizadores revisarán antes de que la prueba de comienzo y, como en el de Galicia, habrá público.

Un portavoz del Ayuntamiento de Navalcarnero puso a disposición de LA RAZÓN el informe municipal en el que se aprueba la realización de este rally, un documento que precisa los tramos que estarán vigilados por agentes de la Policía Local y cuáles por la patrulla de agentes de la Guardia Civil destinada en esta ocasión para velar por la prueba que celebra su sexta edición en este municipio madrileño. En lo que respecta a los servicios sanitarios, al tratarse de una competición con menos de 750 vehículos inscritos, el informe de la Jefatura Provincial de Tráfico estipula que «la organización dispondrá la existencia durante la celebración de la actividad de la presencia obligatoria, como mínimo, de una ambulancia y de un médico para la asistencia de todos los participantes, sin perjuicio de su ampliación con más personal sanitario en la medida que se estime necesario» a los que se sumarán comisarios y vehículos de la organización. Desde Escudería 1.000 lagos, aseguraron que el coste de este dispositivo de seguridad, que corre de su cuenta, tiene un coste «de 3.000 euros como mínimo». «Sólo nos queda encomendarnos a que no haya insensatos con niños en los bordes de la carretera. Nosotros comprobamos que los conductores no vayan borrachos, pero accidentes puede haberlos en todas las carreras y también en cualquier carretera», zanjaron los organizadores.

De la misma opinión es el presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA). Mario Arnaldo llamó la atención sobre la dificultad de «conciliar medidas de seguridad en este tipo de pruebas» porque, dijo, toda medida de seguridad «tiene un elevado coste». «Antiguamente los rallys se hacían por la noche y con poco público, pero estas pruebas se financian con patrocinadores y necesitan que vaya gente. ¿Cómo se concilia esto?», se preguntó el presidente de la AEA, quien consideró que ni en este tipo de pruebas, ni en otras competiciones mayores como las de Fórmula 1 o las de motociclismo «se puede garantizar la seguridad al cien por cien con presencia de espectadores en las mismas».

La organización, responsable

Además del dispositivo de seguridad necesario, en el informe que la organización del rally de Navalcarnero entregó al Ayuntamiento se dispone que son ellos, el club Escudería 1.000 lagos, los titulares en el contrato de seguro de responsabilidad civil «por daños a los concurrentes y a terceros en la cuantía determinada reglamentariamente». También dependen de los organizadores las medidas sanitarias, de extinción de incendios y la vigilancia de personas ajenas a los participantes.